ESPECIAL 25 AÑOS: 1° DE MAYO DE 1994, UNA MIRADA INTIMA DE LA AGONÍA


¿Cuántos de los 1000 Grands Prix de Fórmula 1 tiene Livio Oricchio sobre el lomo? El brasileño que siguió toda la campaña de Ayrton Senna en F-1 todavía se mantiene en carrera aunque ya no haya pilotos brasileños en el Circo Máximo. Histórico periodista de la Rede Globo, con Galvao Bueno, Lemyr Martins o Reginaldo Leme eran una referencia periodística de la actividad de Senna dentro y fuera de la pista. Cinco años atrás, al cumplirse 20 años de la muerte de Senna, Oricchio publicó una serie de memorias sobre el accidente trágico, de las que rescatamos algunos párrafos, referidos a esa tarde fatal en el Hospital Mayor de Bologna:

Nos pidieron que no subiéramos al piso 11°, pero era imposible atender el pedido el hospital. La noticia estaba ahí. Y no erré. Al salir del ascensor me encontré un médico con ropas usadas en el quirófano. ‘¿Usted viene de ahí, vio a Senna, me puede contar algo?’, pregunté, medio nervioso, imaginando oír un reto. Descubrí que se trataba del doctor Servadei, uno de los que había atendido a Senna en la pista y lo acompañó en helicóptero al hospital. A pesar de ser un profesional, estaba agitado. Con voz baja, comenzó a describirme lo que había vivido en la última hora.

“'Antes de retirarle el casco, quedamos impresionados con la cantidad de sangre que perdía. Alguna arteria había sido alcanzada con certeza y mi primera preocupación, una vez expuesta la cabeza, era contener la hemorragia. Quien orientó el retiro del casco fue el doctor Sid Watkins, el médico de la FIA. Pero apenas tuvimos acceso, sin el caso ni la capucha antiflama, comprendí que Senna no sobreviría'”, me dijo el doctor Servadei. 'Vimos que la base craneana estaba abierta y él perdía masa encefálica, por un corte de más de un centímetro de ancho que corría por detrás de las orejas, de lado a lado de la cabeza'”.

 (…)

"Atrás de la mesa de conferencia se pararon el doctor Doménico Cosco, la doctora María Teresa Fiandri, el neurocirujano doctor Andreolli, el doctor Servadei y el anestesista, doctor Gordini. El primero en hablar fue Andreolli, que describió el cuadro como el más traumático posible. ‘No existe un área específica del cráneo en la que podamos actuar para repararla. Todo fue dañado en el accidente. El traumatismo es generalizado, como los daños al tejido nervioso’, explicó.

"Fui a buscar al doctor Servadei, que viajó en el helicóptero, que tan gentil se mostrara. Lo encontró en una sala de la planta baja. Me dio más detalles. ‘La hemorragia que Senna tuvo en la pista era tan violenta que durante el vuelo le dimos litros de sangre’ El habló también de pérdida de líquido cefalorraquídeo existente entre las capas cerebrales, a fin de protegerlas (…) ‘A raíz de la desaceleración sudrida por el cerebro, Senna perdía materia gris y líquido, lo que comenzó a deformar rápidamente sus facciones’. (…) En otras palabras, la cabeza de Senna se estaba deformando rápidamente, ganando volumen”.

“El doctor Gordini, el anestesista, próximo al doctor Servadei, me contó otro pasaje del vuelo en el helicóptero hasta el Hospital Mayor. ‘Senna tuvo una depresión respiratoria importante. Le administramos drogas que revirtieron el cuadro. Aunque él no hubiese sufrido todos esos daños en el cerebro, a raíz del impacto con el muro, aquel problema le habría causado daños irreversibles al tejido nervioso. Tendría apenas vida vegetativa. Su cerebro recibió poco oxígeno durante un tiempo precioso. En terapia intensiva, hizo un paro respiratorio. De nuevo lo reanimamos'”.

(…)

“Hoy se cree que un brazo de la suspensión delantera derecha, denominado push-rod, se soltó en el choque del Williams contra el muro y se dislocó en dirección al casco de Senna. El brazo perforó la visera y presionó la cabeza del piloto contra la parte trasera del cockpit. Esa compresión habría causado la fractura de la base del cráneo, descrita por el doctor Servadei. El brazo interesó luego la arteria temporal, generando la fuerte hemorragia”.

(…)

“A las 17:55, ella surge nuevamente al portón principal del hospital. La doctora Fiandri estaba visiblemente emocionada. Una multitud de cronistas se aproximó para oírla. No habló hasta que se hizo silencio. Yo estaba a su lado. Con la voz embargada, la médica afirmó. ‘Señores, el electroencefalograma de Senna no acusa más actividad eléctrica’. Hizo una pausa. Parecía estar recomponiéndose. ‘Senna tiene muerte cerebral’. Se fue en completo silencio, despacio…

(…)

“A las 19:05 ella surgió de nuevo. Claramente había lllorado. No se escuchaba un solo ruido, a pesar de la presencia de centenares de periodistas. Todos precisaban oír para creer. ‘Señores, por favor (tiempo para respirar profundo). Desde las 18:40, Senna no registra más actividad cardíaca’, afirmó. Nueva pausa. Silencio absoluto. La doctora Fiandri sugiere tener algo más para decir y todos se mantienen a su alrededor. Con los ojos llenos de lágrimas, afirma delicadamente: ‘Señores, Senna está muerto’”.

El material completo de Oricchio se puede repasar aquí




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