Durante cuatro años, desde 1990 hasta poco después de ese trágico día, Betise Assumpcao fue la encargada de prensa de Senna. Después de la muerte de su piloto, siguió ligada a la Fórmula 1 de una manera curiosa: en agosto de 1994, tres meses comenzó a salir con uno de los dueños de la escuadra Williams, Patrick Head. El socio de Frank Williams llevaba varias décadas de soltería hasta que se rindió ante Betise. Se casaron en 1997, tuvieron dos hijos, Luke y Julia, pero se separaron después de 13 años, en 2009, cuando Head –ungido Caballero de la Reina en 2015- conoció a su actual mujer, Mónica Colombelli, dueña de una compañía que provee servicios de logística y hospitalidad en exclusiva para la Fórmula 1. Como se sabe, Head volvió de su retiro para tratar de sacar a Williams del último lugar del campeonato, desde dónde parece destinado a la desaparición.
Betise se quedó en Londres, trabajando como consultora, conserva el apellido de su ex marido (podés verificarlo en su cuenta de Twitter, @betisehead) y durante algunos años llevó adelante un blog, dónde no solo relató sus actividades profesionales en los Juegos Olímpicos de Río de 2016, sino que también reveló algunos detalles poco conocidos de su relación con Senna.
De allí extrajimos estos párrafos sobre la terrible manera en la que supo la noticia y sobre su inesperado papel durante el entierro de Senna en el cementerio Morumbí, tres días más tarde.
“Leonardo (Senna, el hermano de Ayrton) y yo salimos del box de Williams y caminamos rumbo a la torre de control del autódromo en busca de más información. Cuando nos acercamos, Bernie (Ecclestone) estaba saliendo de allí. Nos vio y tomando suavemente a Leonardo del brazo y dirigiéndolo hacia su motorhome, le dijo ‘preciso hablar contigo’.
"Yo lo traduje y caminé con ellos. Bernie giró hacia mí y me dijo ‘vos, no’ .
"Le expliqué: ‘Leo no habla una palabra de inglés’. Bernie movió la cabeza y tuvo que aceptar. Cuando entramos al motorhome, Slavica (la mujer de Ecclestone) estaba allí. Sola, muy agitada, llorando. Bernie se sentó en el apoyabrazos de un sillón; nosotros, en el sofá de enfrente.
"Bernie dijo que tenía noticias de Ayrton. Leonardo estaba blanco.
"‘El murió’, dijo. Pensé por unos instantes, ‘¿cómo puedo traducir eso y decírselo a Leo de una forma menos dura, tendiendo en cuenta que solo pronunció dos palabras?.
"Entonces giré hacia Leo y, de la manera más gentil y cariñosa posible, le hablé así: ‘Leo, siento mucho tener que decir esto, pero él está diciendo que Ayrton está muerto’.
"Leo se quedó aturdido. Me miró, luego miró a Bernie. No dijo una palabra. Tuve ganas de abrazarlo. Empezó a sollozar. A llorar. Ahí, Bernie agregó: ‘Pero solo lo vamos a anunciar más tarde para no suspender la carrera’.
"Traduje para Leo. Antes de que yo terminara, se descontroló, llorando a los gritos. No sabía qué hacer. Nunca había visto un dolor tan crudo.
"Bernie se levantó, tomó una manzana y comenzó a conversar con Slavica, que lloraba todavía más alto”.
Eso sucedió el domingo 1° de mayo, en Imola. Lo que ocurrió más tarde en el Hospital Mayor de Bologna podés leerlo aquí. Tres días después, luego de un conmovedor duelo nacional y un velatorio multitudinario -se calcula que tres millones de personas estuvieron allí, de una u otra forma- , los restos del infortunado tricampeón mundial fueron trasladados hasta el Cementerio Morumbí, dónde todavía moran. Betise cuenta cómo tuvo que cambiar a quienes portaron el féretro hasta allí:
“La mayoría de nosotros –amigos cercanos, familia, invitados internacionales- volamos en helicóptero desde el velatorio en la Asamblea Nacional en San Pablo al cementerio. Tuve que ayudar a la gente a alcanzar sus vuelos y lidié con reclamos de los más variados tipos, incluida gente ¡que rehúsaba viajar en el mismo helicóptero que tal piloto o dueño de equipo! No podía creerlo: ¡aquello no era un tour veraniego!
"Después de recorrer las calles de la ciudad natal de Senna, con cientos de miles de personas a lo largo del cortejo, la autobomba que transportaba el cuerpo alcanzó el cementerio. Gerhard Berger, el mejor amigo de Ayrton en la Fórmula 1, vino corriendo. ‘Betise, Betise, tenés que ayudarme. Alguien (cuya identidad debe permanecer anónima) me dijo que (Alain) Prost y (Jackie) Stewart serán los que estén adelante llevando el féretro. Aparentemente, ¡va por orden de los que ganaron más títulos! ¡Tenés que cambiar eso! ¡Son las dos personas que Ayrton más odiaba, los dos que le hicieron más difícil la vida!’. Estaba horrorizado y, francamente, también yo. Sentí dolor de estómago.
"Me dispuse a cambiarlo. Me topé con Geraldo Rodrigues, el manager de Rubens Barrichello y un querido amigo. Me preguntó adónde iba tan apurada. ‘No vas a creerlo, Quieren poner a Jackie Stewart y a Alain Prost justo adelante, llevando el féretro. Ayrton debe estar revolcándose en el cajón. Tenemos que cambiarlo’.
"No tenía dudas en mi mente que Gerhard tenía que estar al frente. Había sido parte de la mayoría de los buenos momentos que Ayrton había tenido dentro y fuera de la pista. Si el criterio era el Campeonato Mundial, entonces pondría a Emerson Fittipaldi del otro lado; detrás de Emerson, un piloto extranjero; detrás de Gerhard, un brasileño. Thierry Boutsen había sido también un buen amigo de Ayrton. Así que lo puse detrás de Barrichello, que iba tras Berger. Prost fue detrás de Fittipaldi.
"Recuerdo correr hasta la entrada del cementerio para sacar a Damon Hill de la van que llevaba a la gente de Williams. Frank estaba blanco y aturdido cuando abrí la puerta y le pedí a Damon que saliera. ‘Perdón por ser tan abrupta pero la familia querría que vos, Damon, fueras uno de los que lleven el féretro’, mentí. En mi cabeza, yo quería hacer lo que pensaba que habría satisfecho más a Ayrton. A él le caía bien Damon, a mí también. Pero él se sentía un poco intruso, apenas conocía a Ayrton, solo había sido su compañero en tres carreras. Pensé que que era importante tener a su compañero de equipo.
"Después de eso, fui hasta dónde se habían juntado los pilotos, pretendiendo que no sabía nada de arreglos previos, y sentencié: 'Gerhard, el mejor amigo de Ayrton en el automovilismo, estará al frente; del otro lado, el brasileño más condecorado, Emerson; detrás de ellos alternaremos un extranjero y un brasileño y así…’ Me gusta pensar que Ayrton habría estado orgulloso de que me hubiera hecho cargo, tomando una decisión responsable y llevándola a cabo”.
Acá tenés el documento: los pilotos llevando el féretro del compañero caído. A la derecha, Emerson Fittipaldi va por delante de Alain Prost, Christian Fittipaldi, Jackie Stewart, Roberto Moreno, Johnny Herbert y Wilson Fittipaldi; como se ve, se cumple la alternancia entre brasileños y extranjeros... A la izquierda, tras Gerhard Berger se encolumnan Rubens Barrichello, Thierry Boutsen, Raúl Boesel, Michele Alboreto, Pedro Lamy, Damon Hill y Derek Warwick. A la izquierda de Hill se ve a Hans-Joachim Stuck; detrás del inglés, aunque apenas se lo divisa, está Ken Tyrrell.
Si te interesa saber más sobre las memorias de Betise, podés repasarlas en el link.
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