Toto Wolff va a tener que limitarse, de ahora en más, a ponderar las virtudes de su equipo. Basta de ser el vocero oficioso de Ferrari, sugiriendo a cada rato que en Brackley no es posible relajarse porque los rivales italianos son de temer. Ya no corre esa interpretación. Lo ocurrido en la segunda jornada de ensayos de Barcelona, post GP de España, puede considerarse como la última broma de Mercedes, una broma cruel. Todo lo que el austríaco diga ahora en favor de sus colegas de Maranello será leído como una tomadura de pelo. Cargada pura.
Los acontecimientos hablan por sí solos. Mercedes sienta en su coche al discreto piloto ruso de Fórmula 2 Nikita Mazepin, cuyo padre tuvo que desmentir la semana pasada que su fortuna en rublos no será utilizada para rescatar al Team Willy, la escuadra que Claire Williams conduce como el capitán Smith rumbo al iceberg.
¿Cuántos habían oído hablar, hasta ahora de Mazepin? El moscovita vivió el día más sensacional desde que decidió dedicarse al automoivilismo, después de clavar en los ensayos de Barcelona un 1m15s775 que fue, apenas, tres décimas más lento que pole-position señalada cuatro días antes por Valtteri Bottas.
Mazepin fue más veloz que Sebastian Vettel o Charles Leclerc, los pilotos de Ferrari, en todo el fin de semana del GP español. El alemán, que en febrero y con el compuesto C5 (el más blando de toda la gama 2019) había girado en 1m16s221, en la Q3 de Cataluña no logró bajar ese tiempo, marcando 1m16s272 (bien que con gomas C3, más duras que las C5).
El ruso hizo un trompo, se repuso y después –siendo evidentemente mucho menos piloto que los hombres de Ferrari- marcó un tiempo por el que habrían matado en Maranello.
La conclusión es obvia. Demasiado obvia. Un piloto de medio pelo sobre un Mercedes W10 puede andar más rápido que Vettel o Leclerc sobre la SF90H (los italianos, ácidamente, aseguran que la sigla quiere decir “Siamo finito a 90”, “estamos acabados a 90”). Es el auto el que hace la gran diferencia, maneje quien lo maneje.
El tester de la casa peninsular, Antonio Fuoco, marcó en simultáneo con Mazepin un tiempo de 1m17s284, segundo y medio más lento que el Mercedes (aunque con gomas C4).
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¿Quién puede creerle a Wolff, desde ahora? La supremacía de las Flechas Plateadas es tan marcada que ya no es cuestión de saber cuándo ganará Ferrari o cuando serán vencidos Hamilton o Bottas. El interrogante que ahora hay que resolver es: ¿perderán alguna vez en el año?
El legendario Gordon Murray, el diseñador sudafricano de maravillas como el Brabham BT44, pidió “que pierdan al menos dos”, durante la presentación de su libro en Londres. Murray estuvo detrás del concepto del McLaren MP4/4 que venció 15 de los 16 Grands Prix de 1988 y quiere mantener aquel record. “Cada temporada digo lo mismo: ‘por favor, no ganen dos carreras’. No parece que vaya a suceder este año”, reflexionó.
Mercedes casi empata el record, con 19 triunfos sobre 21 posibles en 2016. Puede que 2019 sea el año. En todo caso, Wolff tendrá que evitar los sarcasmos…
1 Comentarios
Hace bastante que lo de Toto ya se cataloga como bullying
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