Apuntaban a ganar el campeonato por primera vez desde 2007. Los ensayos de pretemporada los ungieron en el rol de máximos candidatos. Sin embargo, la primera cita del campeonato, en Australia, arrojó algunas dudas. La segunda en Bahrein, hizo un tanto por despejarlas. En China, se ahondaron. En Bakú, ganó la perplejidad. Y al desembarcar finalmente en territorio europeo, el escepticismo se tornó imparable.
De aquel optimista candidato al título ya no queda nada. La Ferrari SF90H decepcionó en general. No lidera el campeonato de Constructores y es una evidencia aceptada que ni siquiera es el segundo mejor coche de la temporada, sino apenas el tercero, detrás del Mercedes W10 y el RedBull RB15. Su cosecha está 150 puntos debajo de las prácticamente imbatibles Flechas de Plata.
La evidencia podría ser peor: si no perdió el el segundo lugar en la tabla se debe más a la impericia de RedBull por tener un segundo piloto a la altura de las circunstancias (algo que presume de haber compuesto para las últimas nueve carreras del 2019, de manera de descontar esos 44 puntos de deficit, con el reemplazo de Pierre Gasly por Alexander Albon) que a los errores propios, tanto técnicos como operacionales y conductivos.
¿Es la SF90H es un proyecto fallido?
Todo parece indicar que lo es. En Italia consideran a la Ferrari versión 2019 como un fracaso, y es difícil no pensarlo de esa forma. ¿Cómo considerar a un auto pensado para ganar el campeonato, con una múltiple variedad de recursos, que no conquistó ni una sola de las 12 primeras carreras de la temporada?.
Pero, ¿no estuvo cerca de hacerlo? Por supuesto: en un universo paralelo habría ganado 4 Grands Prix: Bahrein, Azerbaiján, Canadá, Austria. Pero aún así, esos resultados habrían sido muy poco en función de los objetivos instalados.
Se habló suficiente de las carencias de la SF90H en estos cinco meses que lleva el campeonato. Las mejoras, si se consiguieron, parecen haber sido insustanciales, y el devenir del último GP, en Hungría, mostró qué tan lejos de la punta están los coches de Maranello.
"Ciertamente, en los circuitos en los que se necesita máxima downforce, a nosotros nos falta. Pero no creo que esa sea nuestro único problema", aceptó Mattia Binotto antes del receso. Lo que está claro es que la SF90H arrancó el año con un compromiso (bajo drag contra bajo nivel de downforce) que no le dio buenos resultados. En lo absoluto.
"En el GP de Hungría se solidificó la impresión de que las muchas mejoras de las últimas carreras no funcionaron. Y tenían el objetivo de aumentar la carga aerodinámica en las secciones problemáticas. Pero allí Ferrari estaba más lejos de Mercedes y Red Bull que en Montecarlo", escribió Michael Schmidt en Auto Motor und Sport.
Que Ferrari tenga chances de conquistar algunas de las dos carreras que el calendario prevé cuando termine el descanso europeo, en Spa-Francorchamps (Bélgica) o Monza (Italia), no cambia el concepto.
Las características de esos circuitos favorece un atributo del coche: su velocidad lineal, producto de la baja resistencia al avance y la potencia del motor, dos características apreciables de la SF90H, que sin embargo no han servido para lograr la meta: ganar carreras y pelear el título.
"Tendríamos que poder construir un coche que fuera más rápido en las curvas. Lo estamos intentando todo, pero hasta ahora no es suficiente", reconoció Binotto en Budapest. "Todo el mundo lo sabe, todo el mundo lo ve, todo el mundo lo entiende, pero no es posible tener soluciones mágicas. Siempre se busca una bala de plata, pero en más de 10 años no me crucé con un solo tipo que la haya encontrado. Pero seguimos buscándola".
El coche de Maranello es extremadamente dependiente de las características de los circuitos en los que compite. Los técnicos de la casa italiana están hoy -rigurosamente- de vacaciones pero las versiones indican que antes de salir de viaje dejaron listo un desarrollo que no está relacionado con el chasis (el auténtico dolor de cabeza ferrarista) sino con el motor, el terreno en el que se puede arrogar mayor suceso en esta temporada.
La tercera versión del motor, a estrenarse en Spa, implicaría un aumento de potencia de unos 20 HP con la utilización de un nuevo combustible que produzca mayor eficiencia y reduzca la diferencia en consumo que gozan los Mercedes (y que quedó patentizada en la conflictiva tarde de Montreal, en Canadá).
En Ferrari recuerdan que la última victoria de Sebastian Vettel con la marca, un año atrás en el GP de Bélgica de 2018, la diferencia que trazó la raya sobre Lewis Hamilton y el Mercedes W09 de entonces fue la potencia del motor utilizado entonces. "Bien hecho, motoristas", los felicitó el complacido alemán una vez cruzada la bandera a cuadros. Sueñan con repetir.
El límite del proyecto
Sin embargo, la pregunta que se hace los ferraristas de todo el mundo, especialmente en Italia, es la siguiente: ¿hasta cuando insistir con el desarrollo de un auto que ha mostrado sus carencias?
Muchos creen que este auto no puede mejorarse mucho más, que todo depende de hacer un auto nuevo, y eso será el proyecto 2020, que ya ha comenzado. Aunque poderosos, los recursos de Ferrari no son ilimitados. En un punto, hay que decidir dónde hacer la gran apuesta. ¿Vale la pena seguir con este proyecto fallido o es preferible concentrarse en lo que viene?
"No lo creo", ha respondido Binotto, en Hungría, a la última idea. "No solo porque tendremos las mismas reglas el año que viene, y entonces todo lo que hagamos en este auto será beneficioso para el coche del próximo año; sino porque todavía quedan muchas carreras y tenemos un objetivo: conseguir la victoria. Por eso tendríamos que hacer todo lo que podamos en esta temporada para mejorar".
Muchas de las amarguras que Ferrari y sus fanáticos han sufrido durante la temporada se han cargado en la cuenta de Binotto, el máximo responsable de un equipo en el que sobresalen pocas caras capaces de cargarse los problemas y asumir los costos. A diferencia de Mercedes, por ejemplo, o de RedBull. La sensación es que el ex DT afronta combates múltiples en demasiados frentes.
Y el frente técnico, del cual era la máxima autoridad cuando se concibió esta SF90H -durante 2018- está lejos de darle satisfacciones.
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