La Fórmula 1 parece haber tomado nota de la gravedad del episodio que tuvo lugar en la parte final de la Q3 durante la clasificación del Grand Prix de Italia, el sábado pasado en Monza. Mientras el director de carreras, Michael Masi, ya avisó que busca tomar alguna medida para impedir que el desaguisado vuelva a ocurrir, la página oficial de la máxima categoría del automovilismo mundial calificó lo ocurrido como "un espectáculo ridículo".
El australiano Masi informó que en Singapur, escenario del próximo Grand Prix, dentro de diez días, se discutirá con los equipos como evitar una repetición de lo sucedido en Monza. "Es algo que ya debatimos después de Spa y creo que todos, tanto directores deportivos como pilotos, entienden que no hay un arreglo sencillo (para evitarlo)". El funcionario de la FIA dijo también que algunos equipos trabajan "con simulaciones e idea de como se puede rectificar (la cuestión), porque es del interés de todos".
No hay dudas de que el episodio pegó duro entre quienes cuidan al detalle la imagen de la Fórmula 1. "El ridículo espectáculo (...) puede haberle parecido divertido a algunos, pero no le hizo nada bien a la imagen de la categoría y desagradó a los espectadores en las tribunas y a la audiencia global, miles e los cuales se levantaron a horas inusuales para prenderse a sus aparatos de TV, solo para ver a siete pilotos arreglárselas para no alcanzar la línea de meta a tiempo para entretenerlos", escribió David Tremayne, uno de los más veteranos periodistas que siguen a la F-1, en la web oficial de la disciplina.
"La FIA debería establecer un protocolo para situaciones como ésta, con penas claras para quienes transgredan la norma. Pero (esas penas) no se impondrán todo lo rápido que se debería a mi criterio, o al de quienes se sintieron estafados el sábado por la tarde", completa Tremayne. Difícilmente se habrían podido publicar párrafos tan críticos en www.formula1.com si no contaran con la venia de las máximas autoridades de la disciplina.
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