LO PERDIO FERRARI, SE LO QUEDÓ HAMILTON: GP DE RUSIA, LAS CONCLUSIONES



"Antes de la carrera dije que para vencer teníamos que ser perfectos y no lo fuimos", reconoció Mattia Binotto, el team principal de Ferrari tras el adverso resultado del Grand Prix de Rusia. "Para ganar hay que tener confiabilidad. Nosotros no la tuvimos este año y menos hoy. Vettel tuvo un problema con la unidad de potencia, en la parte híbrida. Le pedimos que se detuviera lo más pronto posible, por una cuestión de seguridad. Claro, estaba a cien metros de la entrada al pit-lane, son todas consideraciones que uno hace pero la seguridad siempre viene primero".

El episodio de la vuelta 28, más que las desavenencias entre los pilotos de Ferrari, signó el destino del GP. El safety-car virtual que disparó la detención inmediata del auto de Sebastian Vettel, a pocos metros del ingreso a los boxes, le regaló a Lewis Hamilton lo que que tanto estaba esperando: una parada casi gratuita. Con ella, la punta de la carrera.

Mercedes, que eligió casi desesperadamente una estrategia distinta a la de su rival como única manera de encontrar una posibilidad de victoria, aprovechó el obsequio sin una sola fisura. Naturalizó el hecho de que Valtteri Bottas no es contendiente por el título aunque esté segundo en la tabla del campeonato y dejó que Hamilton hiciera el resto. 

“Es una deliciosa ironía que fue la desventura de Sebastian la que nos trajera fortuna", afirmó el director técnico de Mercedes, James Allison. Sin dudas.

Ferrari terminó de arruinarlo todo cuando no convocó a Charles Leclerc a una segunda detención en el giro 28 (junto con Hamilton y Bottas), de manera de devolverlo a la pista en la segunda colocación, y sí lo hizo dos vueltas más tarde, cuando efectivamente lo reincorporó a la carrera en la tercera posición, detrás del finlandés, quien acaso por esa tarea de contención debió haber sido elegido el Piloto del Día.

"Para ser honesto, (el safety-car) fue lo que salió mal hoy". afirmó Leclerc en la conferencia posterior a la carrera.

Poco, en realidad, para lo que la Fórmula 1 venía ofreciendo, pero a tono con lo que suele ocurrir en terreno ruso, carreras más bien tediosas y con fuerte componente estratégico en el resultado final.

Desencuentro

Toda la controversia desatada en torno a las decisiones de equipo en Ferrari provocó un fuerte daño a la imagen de la escuadra pero la verdad es que la polémica poco influyó en el resultado final. Que Vettel no dejara pasar a Leclerc no volvía más lentas a las máquinas italianas; si se repasa el intercambio radial, ya acabado el fragor del combate interno, se advierte que no era para tanto.  

Lo que parece estar flotando en el ambiente es una tensión no resuelta, creciente, entre ambos pilotos de la Scuderia. El GP no se perdió por esa razón, como admitió Leclerc, pero otros resultados podrían verse comprometidos si la dinámica interna recrudece. ¿Tendrá algo que ver con ello el hecho de que Vettel no tiene manager y, en cambio, Leclerc cuenta con un fuerte respaldo que defiende sus intereses? ¿Esa es la razón por la cual el alemán no quiso discutir en público los términos del acuerdo que cerraron con su compañero antes de la largada?

La presunta desobediencia del alemán fue, de alguna manera, penalizada con una parada en boxes que resultó medio segundo más lenta que la de su compañero. Eso le hizo perder la posición con Leclerc en el giro 26, dos vueltas antes de su abandono. Ambos tenían neumáticos medios, pero los Mercedes debían detenerse a calzar los blandos. Una buena perspectiva de lucha por la vanguardia. Todo se inclinó hacia el bando plateado con el problema eléctrico de la N° 5. Una falla en el MGU-K, el recuperador de energía cinética que, en buena parte, es responsable de la brutal velocidad final que distingue a la SF90.

Vettel bajó muy cuidadosamente de su auto, sin tocar el chasis. El riesgo de una descarga eléctrica era real, según Binotto. "El auto era inseguro, efectivamente, desde el punto de vista eléctrico, y se mantuvo así hasta el final de la carrera", confirmó el director de la prueba, el australiano Michael Masi. 

Por esa razón fue que Vettel no pudo llegar a los boxes: era riesgoso. ¿Fue el ritmo que impuso en esas primeras 20 vueltas el causante del problema? Es una incógnita que seguramente se develará pronto. 

La novena sinfonía


"Teníamos una estrategia para estirar la parada a la espera de un safety-car y el safety-car llegó", concedió Toto Wolff, el team principal de Mercedes. "Veíamos que la Ferrari andaba muy rápido y desde el punto de vista de la performance, eso nos falta a nosotros. Por eso pienso que ellos perdieron la victoria"

Más allá del regalo, Mercedes hizo todo lo que pudo, desde una posición inferior en cuanto a rendimiento, para horadar la superioridad de la casa italiana. Hamilton marcó una vuelta muy rápida en el giro 20 que puso a Ferrari en guardia, disparando poco más tarde la primera parada de Leclerc, por temor a un overcut

Después, en el sprint final, ya con las gomas blandas, enhebró una sucesión de records que alejaron la posibilidad de que, si Leclerc lograba dejar atrás a Bottas, pudiera alcanzarlo antes de la bandera a cuadros. Para eso también fue fundamental la tarea del finlandés, que no se quebró bajo presión. 

La novena victoria del año sonó como una sinfonía en los oídos de Hamilton, que volvió a estirar la ventaja en el campeonato, como ha venido haciendo en casi todas las carreras desde el GP de Inglaterra (salvo en Italia) y, con 73 puntos de ventaja, se acerca a su sexto título mundial. Pero, sobre todo, porque se desinfló el temor de que Ferrari pudiera ganar todos los Grands Prix que quedan hasta fin de año. 

Cuando RedBull se preparaba para el asalto final al segundo puesto del Mundial de Constructores, después del receso del verano europeo (razón por la cual absorbió a Alex Albon), Ferrari respondió con una racha inesperada. En Sochi, tanto Max Verstappen como Albon escalaron posiciones (el tailandés pasó de largar en boxes a llegar 5°) pero quedó evidenciado que el RB15 dejó de ser el arma poderosa que brilló entre los GGPP de Austria y Hungría, en ese periodo en el que el holandés anotó dos triunfos y un segundo lugar. El GP ruso confirmó esa tendencia: vienen un escalón por debajo de las otras dos escuadras. 

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