CAUSA PARA UN REBELDE: ¿QUÉ LE OCURRE A CHARLES LECLERC?


Giada Gianni es italiana y tiene 21 años. Poco se sabe de ella: su impacto en los medios y en las redes sociales se debió, básicamente, a su relación sentimental con Charles Leclerc, el piloto de Ferrari, de su edad, que se inició en enero de 2015, cuatro años atrás. Y que terminó esta misma semana, según ella misma lo contó en un video en su cuenta de Instagram. 

"Charles me dejó. Quiere dedicarse solo a Ferrari".

La ruptura sería una anécdota menor si no hubiera ocurrido tras el fin de semana más explosivo que Leclerc vivió desde que es piloto de Ferrari. El entredicho que protagonizó en el Grand Prix de Rusia con su compañero Sebastian Vettel fue mucho más objeto de tratamiento que la victoria de Lewis Hamilton en Sochi. Un entredicho que parece lejos de desactivarse.

Leclerc arribó a esa última carrera lamentando en público haber sido tan expresivo en sus comunicaciones radiales durante el previo GP de Singapur, en el que se vio perjudicado por una decisión de Ferrari, y un undercut que le sirvió en bandeja la victoria a Vettel.
Pero su arrepentimiento duró poco: lo que le tomó al alemán decidir no cumplir el acuerdo prestablecido con el equipo antes de la largada en Sochi.

El monegasco se sintió perjudicado por ambas situaciones. Pero Vettel recuerda el esfuerzo que hizo para ayudarlo a vencer en Spa,  para tirarlo en la primera parte de la Q3 en Monza y la falta de compromiso de su compañero para devolverle los favores en el cierre de aquella clasificación italiana.

El clima se enrareció en Maranello. La queja persistente de Leclerc durante las primeras diez vueltas de la carrera en Sochi sonaron mal. En Italia se empezó a recordar que el monegasco viene lamentándose por la radio ya desde las primeras carreras del año, en Australia y en Bahrein. 

"Leclerc y Vettel no se soportan más", escribió Andrea Cremonesi en La Gazzetta dello Sport dos días después del GP ruso. Ese mismo día, Ferrari distribuyó fotografías de Vettel en el seno del equipo, dialogando con ingenieros. "Si yo todavía fuera director de Ferrari, a Leclerc le pegaría unos cuantos gritos", declaró al día siguiente Luca di Montezemolo, el mítico expresidente de la casa del Cavallino. 

Las primeras 20 vueltas de Vettel en Rusia resultaron su mejor producción en lo que va del 2019, con una apreciable sucesión de records de vuelta, y parecieron -junto a la negativa a ceder la vanguardia- una toma de posición frente al avance interno de Leclerc.

A diferencia del monegasco, el alemán no tiene manager que le maneje la carrera. Todo lo hace por su cuenta, como Gerhard Berger en los '90. No tiene quien lo defienda en boxes mientras conduce su auto. ¿No habrá concurrido a Maranello, el martes posterior a la prueba rusa, más en condición de manager que de piloto? ¿A exponer su causa y trazar un límite?

Se le endilga a Mattia Binotto la responsabilidad de poner orden en la escuadra, dado que es su director deportivo. Pero el ingeniero suizo no solo lidia con ambos pilotos; también con ingenieros en ambos bandos, con equipos de mecánicos y hasta con un representante. Vettel no posee uno, pero sí Leclerc.

Ese representante es Nicolas Todt, el hijo de Jean Todt, quien es el actual presidente de la FIA y fue director deportivo y luego presidente de Ferrari. El joven Todt tiene tantas raíces echadas en el equipo italiano como Binotto, que entró a trabajar en Maranello en 1995, cuando Jean Todt ya estaba al frente de la gestión deportiva. (El mismo Todt que afirmó recientemente que "extremadamente fuerte mentalmente, Charles tiene las características de un gran campeón y la misma forma natural de liderar un equipo que Michael Schumacher. Representa el futuro de la Fórmula 1 y Ferrari")

La All Road Management luce como gema a Leclerc, pero también maneja las carreras deportivas de Felipe Massa (a quien Todt conoció en Ferrari...), de Daniil Kvyat (que durante 2018 fue piloto de simulador de Ferrari antes de regresar a la F-1), del inglés James Calado (que corre para Ferrari en el WEC...), del neocelandés Marcus Armstrong (piloto de Fórmula 3 que revista en la Academia de Ferrari) y, también, del cordobés José María López (acaso el único de todos ellos que no tiene vínculos de ninguna especie con la casa italiana). 

Felipe Massa y Nicolas Todt (foto All Road Management)

Todt chico se halla en una posición muy sólida para impulsar la carrera de Leclerc en Ferrari, para transformarlo en el piloto número 1. El monegasco batió al alemán en las últimas nueve clasificaciones de manera consecutiva, pero solo consiguió llegar adelante suyo en seis de esas nueve carreras... Todavía no alcanza.

Alguien tan poderoso podría estar aconsejando a su pupilo concentrarse definitivamente en la tarea. La de conseguir la nominación de Piloto Número 1. Para eso precisa dedicación  completa, absoluta. Habrá tiempo más adelante para novias y jet-set. ¡Addio, Giada!

El joven Charles ha demostrado una extraordinaria resiliencia. Absorbió dos desgracias personales -la muerte de su padrino Jules Bianchi y de su padre Hervé Leclerc- y dejó atrás la ingenuidad de sus primeras carreras con Ferrari. Perdió el GP de Austria con Max Verstappen y una carrera más tarde le ajustó las clavijas en Inglaterra; hasta Hamilton probó esa medicina en Monza. Está administrando las dosis justas de maldad deportiva que se precisan para alcanzar los logros. 

Ahora le toca a Vettel, por lo visto. 

Pero no es irreversible: el periodista alemán Michael Schmidt le recuerda que, en 1984, 35 años atrás, Alain Prost venció 15-1 a su compañero de equipo Niki Lauda durante las clasificaciones. Eso, los sábados; los domingos, Lauda le arrebató el título mundial por medio punto...

La puja está servida



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