"De ninguna manera ha sido el título más sencillo. Fue el año más difícil para nosotros como equipo. Perdimos a Niki (Lauda) este año, un miembro crucial de nuestro equipo" (Lewis Carl Hamilton, tras coronarse séxtuple campeón mundial de Fórmula 1)
No es sencillo llegar a competir en Fórmula 1, el pináculo del automovilismo deportivo en todo el planeta. Mucho menos, ganar una carrera. Ni qué decir lo arduo que significa conquistar un título mundial, a bordo de los coches más sofisticados que pueda concebir la ingeniería. ¿Y seis? ¿Seis títulos? ¿Quién sabe realmente el esfuerzo que cuesta? El único que realmente lo sabe, hoy, Michael Schumacher, no puede contarlo.
Así que no es cuestión de sencillez o facilidad. Pero inclusive teniendo en cuenta esos reparos, este sexto título que acaba de conquistar Hamilton en el Grand Prix de los Estados Unidos, en su 248ª carrera en la F-1, disputando el triunfo hasta el final, tiene la apariencia de haber sido el más apacible de todos, el que menos esfuerzo le reclamó. Pese a lo que diga el inglés: su año pudo haber sido difícil, pero la conquista no resiste comparación con otras más formidables batallas.
Este título, con el que deja definitivamente atrás la marca impuesta por Juan Manuel Fangio en 1957, la de las cinco coronas, merece una consideración especial. Pero, también, una mirada aguda para calibrar la dificultad del logro. “Nunca pensé que podía ganar cinco títulos, así que lograr el sexto parece irreal”, había dicho el inglés antes de largar.
Con su Mercedes W10 -el auto más poderoso de la F1 a lo largo de toda la temporada- Hamilton señaló apenas cuatro pole-positions en 19 carreras, pero logró 10 triunfos. Esa es una prueba concreta de la facilidad con la que el inglés pudo avanzar en el pelotón hasta instalarse en la punta. No ocurrió así en consagraciones anteriores.
Su compañero Valtteri Bottas, a la sazón su máximo rival en la tabla del campeonato, logró cinco poles pero apenas cuatro victorias. Pese a que en Austin lo venció en los últimos giros, nunca Hamilton dominó tanto a un compañero como lo ha hecho con el finlandés. Bottas fue fuerte en el arranque del año, y ahora en el final; sin embargo, en general no fue oponente para su compañero campeón
Tampoco resultó Ferrari un encarnizado rival: dispuso de un auto muy rápido en las rectas durante casi todo el año, pero una suma de errores de conducción y de organización estratégica, más alguna falla mecánica inesperada, sacó muy pronto a la Scuderia de Maranello de la lucha por el título.
Si el joven holandés Max Verstappen fue el mejor conductor del año después de Hamilton, su oposición al campeón fue efímera: solo en Hungría lucharon mano a mano por el triunfo; y ganó el veterano de 34 años.
En rigor, el título de Hamilton quedó sellado después de la impresionante saga inicial de diez triunfos consecutivos de los Mercedes en el arranque de la temporada, de los cuales ocho fueron propiedad del británico.
Esa relativa tranquilidad de la que dispuso durante casi todo el 2019 resultó inédita en la historia de gloria del ahora seis veces campeón.
No se registró en 2008, el año del primer título: en aquella oportunidad, la definición de la batalla se estiró hasta la última curva de la última vuelta de la última carrera del año, el GP de Brasil. Cuando la Ferrari del local Felipe Massa cruzó victoriosa la meta, el título era del brasileño… Solo 39 segundos más tarde, y merced a un sobrepaso agónico sobre el Toyota de Timo Glock, Hamilton cruzó la raya en quinto lugar y se aseguró la corona por apenas un punto…
Tampoco fueron un paseo los títulos de 2014 y 2015, en el arranque de la era híbrida de la F-1, cuando Nico Rosberg era, además de compañero de Hamilton en Mercedes, su más acérrimo rival. La lucha incluyó toques en pista, despistes y una insoportable tensión en los boxes. La amistad que ambos pilotos disfrutaban desde sus años en el karting acabó destrozada por la competencia sin cuartel.
El inglés se impuso sin atenuantes (en 2014 con una racha de seis triunfos en los últimos siete Grands Prix y en 2015 con 10 victorias en total) pero la fatiga se cobró el esfuerzo; también a Rosberg: apenas logró arrebatarle el título a su ex amigo en 2016, anunció su retiro, porque ya no le quedaban más energías…
El papel de Rosberg lo ejerció Sebastian Vettel con su Ferrari durante 2017 y 2018. De hecho, el alemán que ya había ganado cuatro títulos mundiales, arrancó ambos torneos por delante de su gran rival.
En la primera temporada, Vettel estuvo al frente durante los primeros 12 Grands Prix de una temporada de 20; la presión fue más marcada en 2018, cuando se intercambiaron seis veces el liderazgo del Mundial; hasta que en el GP de Alemania, un increíble error del germano (del que tomó un año para recuperarse) cambió la suerte del torneo.
Fue evidente que cualquiera de los títulos anteriores exigió un poco más de entrega por parte de Hamilton que esta coronación 2019. El inglés cree “la presión fue la misma, las circunstancias han sido diferentes”.
¿Cuál ha sido el secreto de este nuevo éxito? “Cada año tratamos de hacerlo mejor, de aplicarnos más, de balancear mejor nuestros niveles de energía, de comunicarnos mejor, así pudimos entregar colectivamente resultados muy consistentes”, explicó Hamilton en Austin. “Los resultados son el reflejo de las mejoras que hemos hecho. El objetivo ha sido sostener la consistencia de los últimos años y desarrollarnos en otras áreas; el rendimiento durante la carrera, los domingos, ha sido muy fuerte a lo largo de todo el torneo, pero todavía hay otras áreas dónde podemos superarnos”.
¿Cuál ha sido el secreto de este nuevo éxito? “Cada año tratamos de hacerlo mejor, de aplicarnos más, de balancear mejor nuestros niveles de energía, de comunicarnos mejor, así pudimos entregar colectivamente resultados muy consistentes”, explicó Hamilton en Austin. “Los resultados son el reflejo de las mejoras que hemos hecho. El objetivo ha sido sostener la consistencia de los últimos años y desarrollarnos en otras áreas; el rendimiento durante la carrera, los domingos, ha sido muy fuerte a lo largo de todo el torneo, pero todavía hay otras áreas dónde podemos superarnos”.
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