Podés elegir el número que quieras para caracterizar la victoria de Lewis Hamilton en el primer (y seguramente único) Grand Prix de Estiria de Fórmula 1 (una categoría que compartirá con toda probabilidad con Pescara, Marruecos, Dallas y algún otro), a saber:
13s7segundos de diferencia sobre su compañero Valtteri Bottas;
- 71 vueltas de punta a punta
- 222,038 km/h de promedio final
- 196,096 km/h de promedio para su extraordinaria vuelta de pole-position, bajo una lluvia intensa y demandante.
- 14 temporadas consecutivas conquistando una pole-position y, también, llevándose al menos un triunfo a casa.
Elijo el número 85. Porque esta octogésimaquinta victoria de Hamilton en el Mundial de F-1, 4781 días después de la primera en el GP de Canadá 2007, habilitó definitivamente la conquista de losdos últimos y máximos records que el inglés podría alcanzar antes de sentirse legítimamente en paz con una hipotética decisión de retiro.
Los 91 triunfos y los siete títulos conseguidos entre 1992 y 2006 por Michael Schumacher. En quince temporadas.
Hasta ahora vino coqueteando con ello. No ganaba un Grand Prix desde hacía casi siete meses y medio -aunque en ese lapso solo se hubieran disputado dos- dándole al tema un inesperado descanso.
Este triunfo en la segunda carrera consecutiva en el RedBullRing (no estuvo nada mal haber disputado dos GGPP en el mismo escenario en dos semanas consecutivas, ¿no? Una receta para explorar en situación normal, no ya de pandemia) abrió la tranquera final rumbo a la caza de ambas marcas que, durante años, pareció definitivas, imposibles de alcanzar, no ya derribar.
En condiciones ideales, Hamilton podría alcanzar su victoria n° 91 en el GP de Italia, en Monza. ¿Qué escenario más oportuno que el coliseo milanés de la velocidad habría para semejante cometido? La cita está pautada para dentro de un mes y medio. El inglés debiera ganar todas las carreras programadas hasta entonces pero, ¿quién podría decir, seriamente, que eso es imposible?
Ahora vienen dos escenarios -el Hungaroring y Silverstone- en los que Hamilton venció en 2019 (bien que con cierta fortuna en ambas carreras) y dada la neta superioridad de Mercedes sobre sus dos máximos rivales de la temporada anterior, RedBull y Ferrari, no sería para nada descabellado.
Después de Silverstone, la F-1 llegará a Barcelona (dónde también venció en 2019), Spa y finalmente Monza. Las dos últimos pistas fueron el patio de la potencia Ferrari en la temporada pasada, un escenario que ni el más ferviente tifoso cree se repetirá en 2020.
En cualquier caso, si el record no llega para Monza, quedarán al menos siete carreras y no más de diez Grands Prix para terminar la temporada. De manera que es perfectamente lógico suponer que Hamilton terminará el 2020 con más triunfos que los que Schumacher logró en la primera parte de su campaña en Fórmula 1.
Corre a favor del inglés estar conduciendo para la máquina de producir éxitos más impecable de toda la historia del Mundial, sí, pero no puede establecerse solamente esa definición sin cuantificar todo lo que Hamilton le aportó a la perfección de esa maquinaria que todo el mundo denomina Equipo Mercedes...
Podría igualar el record de triunfos en Monza. ¿Podría hacerlo al unísono con el de los títulos? Es improbable dado el nivel de rendimiento relativo de los Mercedes: no se advierte un escenario en el que Hamilton gane siempre y su compañero Bottas claudique a repetición
Además, tampoco está claro todavía cuántos Grands Prix compondrán exactamente el Mundial. Más de 15 y menos de 18, eso es lo único seguro hoy. Y el GP de Italia sería la carrera n° 8. En 1992, Nigel Mansell fue campeón en la competencia número 11 de 16 disputadas, pero para eso había ganado de manera consecutiva las cinco primeras pruebas (hasta que se encontró detrás de Ayrton Senna en Montecarlo).
(A propósito: Bottas fue el el piloto más humillado del fin de semana de Estiria. El sábado, con un coche igual pero bajo la lluvia, Hamilton le sacó 1s5 al actual puntero del campeonato, que una semana antes había ganado desde la pole y de punta a punta; el domingo, con un auto de inferior calidad y con gomas destruidas, Max Verstappen lo pasó por afuera en la curva 4...)
A este nivel, de todas maneras, es muy difícil advertir quién puede ser un rival genuino de Hamilton en su camino rumbo al séptimo título mundial. ¡Ah! hay que advertirle, a lo sumo, que cuando John Carlos y Tommie Smith subieron al podio de México 1968 (en los Juegos Olímpicos, por si algún despistado cree que hablamos del GP que ganó Denis Hulme), levantaron el brazo izquierdo, no el derecho...
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