Es inevitable asociar el buen momento que vive McLaren en la Fórmula 1 con la muñeca de su CEO, Zakary Challen "Zak" Brown, un californiano de 48 años que es un apasionado de los motores y que ha demostrado convicción y estilo para sacar a la escuadra de Woking de la estremecedora catástrofe que había sufrido producto de tantas malas decisiones adoptadas en la década 2007/2017.
Pero ¿quién es Zak Brown? Muchos lo descubren ahora que se pasea, siempre con su teléfono en la mano, por la calle de boxes, cerca de Carlos Sainz o de Lando Norris, el mismo que rompió el aislamiento social preventivo en ocasión del regreso de la Fórmula 1 a las pistas, cuando Norris alcanzó el podio en el reciente Grand Prix de Austria, abrazando a todos sus mecánicos en una circunstancial falta de respeto al protocolo sanitario antiCovid-19. Pero pocos saben que Brown da vueltas en la F-1 desde hace una década y media.
En efecto, este expiloto de Fórmula 3 y GT venía haciendo acuerdos comerciales con Bernie Ecclestone, a favor del departamento comercial de la categoría, y con equipos como Renault, Williams y el mismo McLaren, a quienes les gestionaba acuerdos de sponsorización a cambio de una comisión. Con su agencia Just Marketing International (JMI), la que fundó en el año 1995 cuando decidió su carrera como piloto no fructificaba, cerró tratos para F-1 como Johnnie Walker o UBS, con Martini para Williams o con Lenovo o Chandon para McLaren, precisamente en la época en la que Ron Dennis no aceptaba sponsors en la escuadra que no aportaran decenas de millones de dólares...
Su cercanía con Ecclestone ("hablamos al menos cinco o seis veces por semana y almorzamos juntos una o dos veces por mes", reveló en una entrevista en 2010) lo acercaron a la posibilidad de transformarse, eventualmente, en su reemplazante al comando de los negocios de la F-1. Una chance en la que, en su momento, Brown reveló que le gustaba considerar.
Pero cuando Liberty Media dispuso finalmente cortar las operaciones del Zar inglés, a comienzos de 2017, Brown ya tenía otra ocupación: se había sumado en noviembre de 2016 a McLaren para extremar su rol comercial. Los capitales bahrainíes que poseen la mayoría de las acciones de la escuadra lo vieron con simpatía y también favorecieron el ingreso del francés Eric Boullier como team principal, en momentos en los que Ron Dennis libraba una sorda batalla por el control de la compañía frente a su examigo y aliado Mansour Ojjeh, el propietario de TAG y del 14 por ciento de las acciones de McLaren.
Todo eso ocurría mientras McLaren se hundía producto de su contrato por cinco años con Honda como proveedor de motores híbridos para la F-1.
Brown estaba alejado de la disputa política interna en Woking. Había vendido ya JMI a un consorcio inglés (y hoy su fortuna se calcula en una cifra superior a los 100 millones de dólares), ya había fundado el equipo United Autosports (junto a su exrival de la F-3 británica Richard Dean) y su hobby era coleccionar buenos autos de carrera clásicos, a los que solía llegar mediante tratos con los mismos jefes de equipo a quienes les conseguía sponsors: así le adquirió a Sir Frank Williams, por ejemplo, un FW07 exAlan Jones que el Caballero de la Reina se negaba a vender... (La colección completa de coches que Brown guarda en Leeds podés verla haciendo click aquí).
Le quiso comprar un Brabham a Ecclestone pero declinó el trato que le ofreció Bernie: "Comprá mi colección completa, que tiene 45 autos de F-1, y vendé los otros 44...".
En noviembre de 2017, con Dennis y Boullier afuera, tras un mínimo interludio de Jost Capito, Brown fue ungido con 45 años de edad como CEO de McLaren, con responsabilidad directa en todo lo ateniente al equipo de competición. Era la época en la que la casa de Woking parecía seguir el camino de otros grandes equipos ingleses, Cooper, Lotus, BRM, Tyrrell, Brabham, que habían ganado títulos del mundo pero que de una forma u otra no sobrevivieron al fiero desafío de la Fórmula 1, quedando confinados solamente a la historia.
Zak Brown y el actor británico Ray Winstone: separados al nacer... |
El norteamericano (a quien los periodistas sajones advierten muy parecido al actor británico Ray Winstone), se tomó 18 meses para completar la reestructuración, pero dos medidas muy fuertes sentaron las bases de la recuperación actual:
- Lo primero que observó Brown fue una fabulosa guerra interna entre los departamentos técnicos: Aerodinamia, Ingeniería y Diseño (capitaneados, respectivamente, por Tim Goss, Matt Morris y Peter Prodromou) se repartían las culpas por los malos resultados o, directamente, se las achacaban a Honda. Brown separó a Goss y recategorizó a Prodromou. Además, como contamos un año atrás, eliminó el oscilante sistema matricial de decisiones impuesto por Ron Dennis para controlar en su momento a Adrian Newey.
- El contrato con Honda es un salvavidas de plomo. Pero los japoneses, además de la provisión gratuita de los motores, entregaban otros 50 millones de dólares para los gastos del equipo, y ni Dennis (que lo había gestionado) ni Boullier (que lo necesitaba para gestionar el equipo) se atrevían a romperlo. Brown miró lo que que hizo Frederic Vasseur apenas asumió la dirección de Sauber (romper un contrato a futuro con Honda) y reaccionó en ese sentido.
Convenció a sus superiores en Bahrein que era imprescindible gastar 100 millones de dólares en la rescisión anticipada y en el reemplazo de los fondos frescos nipones, para rescindir el contrato con Honda, a la que ayudó a conseguir otro equipo (ToroRosso) al que proveer; se aseguró el concurso de los motores Renault a partir de 2018 y, cuando vio que el chasis MCL33 de aquel año era igual de malo que el de 2017 -ya sin Honda a quien echarle la culpa por el pésimo rendimiento- ordenó no seguir con su desarrollo, ponerse a trabajar anticipadamente en la concepción del MCL34 para 2019 y contrató como director técnico a James Key (que venía desempeñándose en ese puesto en ToroRosso) y como team principal al alemán Andreas Seidl (sin compromiso desde que Porsche había decidido terminar su campaña en el Mundial de Endurance, WEC).
Más quirúrgica fue, todavía, la decisión de librarse de Fernando Alonso, que había ofendido en más de una oportunidad a los honorables japoneses de pobre labor. Brown entendió que el nivel de presión que podía ejercer el español en procura de los mejores resultados podía ser perjudicial para la calma que se precisaba en la recuperación del equipo. Eso, pese a que con sus actuaciones Alonso le permitió a McLaren subir del noveno al sexto puesto de la tabla de Constructores en 2018.
Con el español salió el belga Stoffel Vandoorne (de buenos antecedentes pero aplastado en la competencia interna con Alonso); Brown promovió a Norris y quiso contratar a Daniel Ricciardo, aunque no pudo con la oferta de 25 millones de dólares por año con que Renault tentó al australiano; a cambio, hizo negocio con Carlos Sainz...
Así, los frutos de la reestructuración se disfrutaron en 2019: McLaren fue el mejor equipo "del resto" en la temporada, detrás de Mercedes, RedBull y Ferrari, duplicando de paso la cosecha de puntos de Renault, su competidor natural con los mismos impulsores; Sainz fue el tercer piloto más destacado del año, tras Lewis Hamilton y Max Verstappen, y consiguió el primer podio en cinco años para la marca, llegando tercero en el GP de Brasil.
Y Brown gestionó con firmeza la pandemia:
- fue, más o menos, quien disparó la suspensión del Grand Prix de Australia en marzo, cuando uno de los integrantes de su equipo dio positivo de Covid-19 y el el californiano reaccionó retirando a su equipo de la carrera, una movida que derivó en la cancelación de la carrera;
- además, fue el primer team principal en suspender fuerza de trabajo, para asegurar la continuidad del equipo, aprovechando que el gobierno británico pagaba parte de los sueldos;
- forzó la reducción del tope presupuestario de 175 a 145 millones de dólares, lo que lo deja mejor parado de cara a la lucha con los Tres Grandes del momento (aunque él quería reducirlo hasta los 100 millones) y
- se movió con soltura para asegurarse un préstamo de 150 millones de libras esterlinas del Banco de Bahrein para capear la tormenta y lanzarse con todo a la producción del coche 2022.
Con esa suma, cuando la nueva normalidad lo permita en Inglaterra, comenzarán a construirse los nuevos túnel de viento y simulador que Seidl le reclamó en 2019 como paso imprescindible para ponerse a la altura de los equipos más exitosos.
En el medio, Brown gestionó la recuperación para 2021 de los impulsores híbridos de Mercedes, que Ron Dennis desechó en 2014, cuando Mclaren fue quinto en el torneo, en favor de los Honda, con el razonamiento correcto de que siendo cliente de un equipo oficial nunca podría volver a ganar un título, aunque su alternativa resultó mucho peor; indudablemente, ese acuerdo representará otro salto hacia adelante. Y ya convenció, finalmente, a Ricciardo de sumarse a sus filas. McLaren no gana un Grand Prix desde 2012 pero Brown cree que en 2022 estarán en condiciones de volver a hacerlo.
En el medio, Brown gestionó la recuperación para 2021 de los impulsores híbridos de Mercedes, que Ron Dennis desechó en 2014, cuando Mclaren fue quinto en el torneo, en favor de los Honda, con el razonamiento correcto de que siendo cliente de un equipo oficial nunca podría volver a ganar un título, aunque su alternativa resultó mucho peor; indudablemente, ese acuerdo representará otro salto hacia adelante. Y ya convenció, finalmente, a Ricciardo de sumarse a sus filas. McLaren no gana un Grand Prix desde 2012 pero Brown cree que en 2022 estarán en condiciones de volver a hacerlo.
¿Qué ocurre, mientras tanto, en 2020? Este año, el MCL35 es el primer coche íntegramente pergeñado por la dupla Key/Prodromou, con el input de sus dos pilotos. El ingeniero Andrea Stella fue promovido a director de carrera, para supervisar las actividades de cada fin de ssemana de Grand Prix. McLaren puso a sus dos autos en los puntos en todas las carreras de 2020 (salvo Norris en Hungría), y -se dijo- el inglés subió al podio en Austria. El equipo está tercero en la tabla de Constructores, en una pelea muy interesante con Racing Point (sobre todo teniendo en cuenta las pistas veloces que vienen en el calendario) y por delante de Ferrari, y sus dos pilotos son Top-10 (Norris 4° y Sainz 9°) en el torneo. Acaso si los estrategas del equipo juzgan las situaciones con un poco más de audacia, los resultados puedan inclusive ser superiores.
Resumiendo los logros de Zak Brown:
- Californiano, 48 años, ex piloto
- Amigo de Ecclestone, pudo haber conducido la F1 en nombre de Liberty Media
- Eligió McLaren en 2016; 2020 es su tercer año como CEO
- Gurú del marketing, arregló un buen número de contratos de patrocinio para McLaren
- Rompió el contrato con Honda, gastando US$ 100M, y consiguió los impulsores de Renault
- Reestructuró con acierto el equipo (llegaron Seidl y Key)
- Contrató a Sainz, Norris y, para 2021, al caro Ricciardo
- Recuperó la provisión de motores Mercedes (a partir de 2021)
- Gestionó con firmeza la pandemia (Australia, suspensiones, préstamo)
- Forzó el tope presupuestario de US$145M
- Llevó a McLaren del 9° lugar en 2017 al tercero actual
¿A qué aspira Brown en 2020? No solo a terminar tercero en el Campeonato de Constructores de Fórmula 1: quiere ganar las 500 Millas de Indianápolis, teniendo como pilotos a Pato O'Ward, Oliver Askew y el mismo Alonso; y a vencer en su clase en las venideras 24 Horas de Le Mans, con los autos del United Autosports que participarán en la división LMP2. Y si pudiera ganar un Grand Prix...
McLaren en la era híbrida
- 5° en 2014
- 9° en 2015
- 6° en 2016
- 9° en 2017
- 6° en 2018
- 4° en 2019
- 3° hasta ahora en 2020
Así lo contamos en El Show de la Fórmula 1, este martes 21 de julio en ESPN3:
La otra mirada de la Fórmula 1 #ElShowDeLaF1 Pablo Vignone traza el perfil de Zak Brown, el jefe de la escudería McLaren y un apasionado por los motores. pic.twitter.com/Q9rgVSwJ75— ESPN Argentina (@ESPNArgentina) July 21, 2020
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