"Es una carrera para correr minuto a minuto y no generarse expectativas". Lo acusa la libreta de apuntes, después de haber escuchado al cordobés José María López durante una hora, seis antes de que cayera la bandera a cuadros sobre la 88a edición de las 24 Horas de Le Mans. Minuto a minuto.
-Kamui, creemos que hay un problema con el turbo...
-¡No! ¿Qué hacemos?
-Box, a reparar...
Minuto a minuto. Un minuto, el líder lleva una vuelta y media de ventaja, su ritmo parece superior, su fortaleza está definida, sus pilotos no utilizan un centímetro de más en su camino al éxito. Un minuto después, el drama.
En la vuelta 193, tras 12 horas y 10 minutos de carrera, después de haber liderado 170 giros, el n° 7 conducido por Kamui Kobayashi -el piloto más rápido de la troupe nipona- acaba inmóvil en su garage.
El motor V6 de Toyota, de 2.400 cm3 e inyección directa, que entrega 500 HP a modo máximo, está equipado con dos turbocompresores. Uno falló y la única opción era reemplazarlo. La operación completa, entre el ingreso a boxes y la salida, demora 33 minutos. Todo parece perdido.
"Tuvimos una falla en un escape a poco de empezar la carrera, así que fue claramente un problema de control de calidad en el escape del lado derecho", explicó Pascal Vasselon, el director general de la escuadra. Un inconveniente de ese tipo con los materiales fue el que privó a Toyota de un triunfo en 2016 a una vuelta del cierre; esta vez, y como en 2018, el equipo tuvo a quien recurrir.
"Pero no sé qué decir. El n° 7 era un poquito más veloz que el n° 8. Dos veces seguidas merecieron ganar y pasó algo que estaba más allá de su control. Hicieron todo bien, se prepararon bien, fueron rápidos y cada vez que ocurre algo no es su culpa. El equipo entero siente pena por ellos".
La carrera no ofreció las emociones que normalmente puede entregar. En el eterno ciclo de picos y valles que transcurre desde hace décadas en el mundo de los coches sport y los prototipos, Le Mans 2020 representó a criterio justo el punto más bajo de este nuevo ciclo, que ahora necesariamente debe repuntar con la mira en el centenario de la fabulosa carrera, en 2023.
En ese marco, lo que ocurrió con el turbo derecho del Toyota n° 7 marcó el golpe de escena más notable de la carrera; circunstancialmente, ocurrió en un coche que llevaba encima las ilusiones de tantos hinchas de automovilismo, argentinos o latinos. ¿Extraño? ¡Para nada! Son esos episodios que ocurren tan a menudo en Le Mans.
Dolidos con el brutal cambio de panorama, muchos de esos hinchas ni quisieron ver el final de una competencia apenas interesante, con casi 12 horas de oscuridad, sin público, con una buena cantidad de elogiables desempeños. Toyota puede ser la marca dominante de las 24 Horas en los últimos años, y retira a su TS050 de la liza después de una tripleta consecutiva (lo mismo que ocurrió con el Porsche 919 Hybrid y el Audi R18 e-tron Quattro, los tres grandes modelos de la era híbrida de la LMP1) pero esa superioridad no le aseguró la hegemonía a prueba de balas.
Después del inconveniente con el turbo, "Mike, Kamui y José recuperaron terreno buscando el tercer lugar pero el n° 7 sufrió daños en el piso después de pisar restos, que comprometieron su performance aerodinámica", informó el equipo. "De todas maneras, la batalla por el podio revivió en la hora final cuando el Rebellion n° 3 primero chocó en la pista y luego no pudo abandonar los pits, permitiéndole a José ganar el tercer lugar, seis vueltas detrás del compañero n° 8".
Ese inconveniente adicional motivó que la remontada no fuera tan espectacular como muchos imaginaban. "En el último stint de Mike el auto que venía delante perdió una pieza de carbono que fue a parar debajo de nuestro auto y dañó el piso. Repararla habría supuesto otra larga demora, así que decidimos seguir adelante y el coche perdió performance en la tercera parte de la carrera", agregó Vasselon.
Se corrió como casi todos estos últimos años, un sprint sin escaso margen para la recuperación. Eso se han vuelto las 24 Horas: un contest dónde cualquier avería pone al margen la esperanza. Fábulas de legendarias recuperaciones, como la de Jacky Ickx en 1977 (40° en la tercera hora, ganador al final), pertenecen a la nostalgia. Un problema como el del piso simplemente agrava las condiciones.
"Es muy frustrante ser tan rápido y no ganar, pero lo seguiremos intentando", reflexionó el cordobés. Sus compañeros captaron la misma onda. "Le Mans no ha sido amable con nosotros en todos estos años", reaccionó Mike Conway. "Hacemos un buen trabajo pero algunas cosas siempre parecen meterse en nuestro camino". Para Kobayashi, "el equipo trabajó muy bien arreglando el auto en la noche, pwero esto es Le Mans y estas cosas ocurren".
Claro que ocurren. Fantásticos pilotos en la historia del automovilismo nunca pudieron ganar Le Mans; Pechito López podría decir ahora que tiene el mismo record que Juan Manuel Fangio en el clásico de las 24 Horas: cuatro participaciones, ningún triunfo. El cordobés subió tres veces al podio; el balcarceño abandonó siempre. Y estuvo tan cerca de ganar en 1955 como López en 2020, líderes a las 2 de la mañana...
Lo mismo ocurrió con Stirling Moss, Mario Andretti, Brian Redman o Vic Elford, extraordinarios pilotos de larga duración que jamás se calzaron la corona de La Sarthe. Para acá, sobresalen nombres como Nico Lapierre o Anthony Davidson, oficiales con Peugeot o Toyota, que tampoco quebraron la mala racha.
Sin olvidar el caso emblemático: Bob Wollek. El francés de Estrasburgo corrió 30 veces en Le Mans, y nunca pudo vencer. Fue segundo en cuatro ediciones: siempre parecía estar sentado en el equipo vencedor, pero en el auto equivocado. Jamás logró realizar su sueño, que se había transformado también en la ilusión de miles de fanáticos de las carreras de larga duración: falleció trágicamente en un tonto accidente en Sebring, sobre una bicicleta...
Lo bueno de esta edición de las 24 Horas disputada en setiembre es que solo tenemos que esperar nueve meses para vivir la carrera del 2021. López permanecerá con Toyota (Vasselon afirma tener listo el line-up pero no lo dará a conocer hasta enero...) y los flamantes GR Super Sport Hypercar apuntan a ejercer el dominio que logró el TS050 en sus años finales de servicio. El camino, por ahora, aparece despejado de fabulosos rivales hasta, por lo menos, la edición del Centenario en 2023.
Con respecto al campeonato, la versión 2020 del WEC, López y sus compañeros quedaron segundos en la tabla de posiciones, pero dependen de sí mismos para poder obtener el título. Están siete puntos debajo (175 a 168) de los ganadores de Le Mans pero la escala de la última prueba del año, las 8 Horas de Bahrein (38-27-23), para la que faltan 52 días, les permitirán conquistar la corona si ganan la carrera. Seguramente no será consuelo tras la amargura en La Sarthe. Pero habría un trofeo más para la vitrina: para Pechito sería su cuarto título mundial...
20/9
1 Comentarios
Y así va a Ser Pablo, así va a Ser... Pechito Lograra su 4° Titulo Mundial, si el Destino/Suerte, lo Acompañan. Y en 2021, junto a M. Conway y K. Koabyashi, podrán Vencer en Le Mans. A P. Rodriguez le costo 10 Participaciones, poder Triunfar en La Sarthe y C. Sainz, se le escapo 2 Veces, antes de Ganar el Dakar en 3 Oportunidades. Gran Nota!!!
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