RUSIA 2020: HAMILTON, BOTTAS, MERCEDES Y MÁS SOSPECHAS QUE EN UNA NOVELA DE MISTERIO



El Mundial de Fórmula 1 quedó, objetivamente, más apretado tras el resultado final del Grand Prix de Rusia en Sochi, porque los perseguidores del campeón Lewis Hamilton descontaron puntos. El vencedor, su compañero Valtteri Bottas, le restó 11 puntos, y su escolta, el outsider Max Verstappen, recortó siete unidades. Ahora están a 44 y 77, respectivamente cuando quedan 182 puntos en juego. Pero es la primera vez en el año en que Hamilton se ve superado por sus dos rivales directos a la hora de subirse al podio. 

Sin embargo, todas esas cuentas son superfluas si es que de verdad están operando fuerzas que persiguen darle un poco más de interés a un campeonato. Es una sospecha que, dados los acontecimientos, ha ido creciendo entre fanáticos y analistas.  

¿No hay que darle trascendencia porque simplemente lo dicen las redes? Hasta Bottas le da importancia a las críticas que surgen de allí como para dedicarles un temperamental mensaje tras conseguir su segunda victoria del año. Quizás esa actitud haya sido tan ridícula como echarle la culpa a una "enorme abeja" del desatino de la Curva 2 que le impidió robarle la punta a Hamilton para ponerse a cubierto de cualquier mirada demasiado aguda.

¿Por qué Mercedes se está equivocando demasiado seguido?

Es un equipo impecable, pero compuesto por seres humanos y, como tales, falibles. Sin embargo, dos errores cruciales en tres carreras, de los que se ha perjudica siempre el mismo piloto, llaman la atención. La penalidad de Monza podía haber sido un suceso aislado, una mala lectura (o la ausencia de ella, precisamente) de la situación; esta de Sochi fue, francamente, una interpretación demasiado libre del reglamento.

Inclusive, puede especularse que el equipo no maximizó las posibilidades de Hamilton respecto a la estrategia adoptada. Como reveló tras la carrera, la idea original del piloto era permanecer en pista hasta el giro 16 con las gomas blandas con las que tuvo que partir, y pensó que el safety-car disparado por el increíble pifio de Carlos Sainz podía haberle concedido cinco vueltas más para girar en aire limpio y hacerle más frente a la penalización: "Eso me hubiera hecho más sencillo el segundo stint". 

Pero Mercedes eligió ajustarse al plan y lo paró nomás probablemente antes de que las cubiertas rojas hubiera entregado la última gota de performance. "Eso es algo que vamos a discutir después y trabajar sobre eso", indicó el campeón. 

Se puede decir que Hamilton gana o pierde solo, que no es la pulseada fuerte de sus rivales la que lo vence. Bottas -que formuló una carrera impecable sin sentir nunca presión- aseguró tras el triunfo que su ritmo de carrera nunca estuvo tan fuerte como este año, y seguramente es así, dada la recurrente perplejidad con que se lo ha visto demasiados domingos, cómo preguntándose "¿de dónde saca Lewis tanta fortaleza siendo que estoy exprimiéndome al máximo?".

(En todo caso, la Fórmula 1 necesita de estas performances de Bottas no solo en Sochi, un circuito que particularmente le agrada, sino más a menudo). 

Por añadidura, la reflexión podría ser "Mercedes gana o pierde solo", pero lo concreto es que ¡Mercedes no pierde! Aquí solo cae derrotado Hamilton y, mientras tanto, da una sensación lejana de que el campeonato cobra algo de vida. 

La escuadra de los coches negros seguramente no querría arrebatarle a Ferrari el rol del malvado de la F-1. Involuntariamente se lo está ganando con tanto triunfo seguido (ocho sobre diez, más de cien victorias en la Era Híbrida) y seguramente no es lo que más le conviene a su imagen.

Acaso no está equivocándose demasiado seguido. Acaso... ¿está acertando?

¿Quiere la FIA perjudicar a Hamilton?

No tendría por qué. La FIA mantiene la propiedad sobre el torneo de F-1 pero su fiscalización no implica más arreglos comerciales que los ya establecidos. 

La pena impuesta por las prácticas de largadas no puede discutirse. Los puntos en la Super Licencia parecían una pena rigurosa pero su aplicación también seguía las reglas. Sin embargo, después del cúmulo de declaraciones post-carrera (y fue notable, entre otros detalles, como Verstappen defendió a Hamilton ante esa situación: "Un poco duro. Si uno provoca un choque, es diferente, pero Lewis ya había tenido una pena"), los comisarios deportivos dieron marcha atrás. 

Aún cuando Mercedes avisó que no apelaría la medida, y por lo tanto podía quedar firme, se retractaron y la cambiaron por una multa de 25 mil euros para la escuadra cuando escucharon el audio de la conversación en la que el equipo autorizaba a Hamilton a practicar las largadas en un lugar controvertido.

Entre una decisión y otra, transcurrieron cuatro horas. Y se sabe que, en el interín, dialogaron con Hamilton y con representantes del equipo.

Acaso los comisarios no querían quedar demasiado pegados a una sospecha creciente, y acudieron finalmente a esa evidencia que salvó su rol. Si alguien quiere perjudicar al campeón, podrían haber pensado, que no nos miren a nosotros... 

Bottas delante de Hamilton, tras aprovechar la succión en el largo camino a la curva 2, un instante antes de que la "enorme abeja" hiciera su aporte al resultado parcial del GP de Rusia...


¿A qué juega Hamilton?

Eligió victimizarse tras el final de la carrera. Tenía con qué, claro: no tanto la penalización en los boxes, sino esos dos puntos que le aplicaron a su Super Licencia. "Era de esperarse, están tratando de pararme, ¿o no?", señaló. 

"Voy a mirar las reglas para saber qué pueden inventar de nuevo para perjudicarme, y ver en qué parte pueden inventar nuevas penalidades", avisó, palabras más o menos. Seguramente que el campeón grita ahora para anticiparse a futuras maniobras, reales o hipotéticas, en su eventual contra.

Ni siquiera ocultó su desagrado por la manera en la que Michael Masi dirige las carreras de Fórmula 1. 

El record de las 91 victorias no estuvo tan presente en Sochi como se lo figuraba el imaginario colectivo. Resultó ser un fin de semana problemático para el inglés, y los inconvenientes acabaron encadenándose: quizás las penalidades no lo habrían afectado tanto si hubiera largado con gomas medias y no blandas, pero esa es una hipótesis incomprobable. 

Hamilton juega a ser la víctima ahora, para no serlo más adelante, a la hora concreta de la definición. Se sabe cuestionado por el común simplemente por ganar demasiado: admitió esa preocupación en la conferencia de prensa posterior a su victoria en Spa-Francorchampos. Paradójico: a Bottas lo critican porque no gana con el mismo auto con el que Hamilton vence tan menudo y por lo cual es criticado...

¿Se busca apretar artificialmente el campeonato?

No sería la primera vez. El torneo de 1994 y las penalidades sobre Michael Schumacher, merecidas o no, permitieron que el título se definiera en la última carrera del año, cuando nada indicaba que sería así en el ecuador del campeonato. Las sospechas sobre la manera en la que se definió el certamen de 2007 nunca fueron suficientemente disipadas...

Pero esa perspectiva sería muy difícil de digerir, porque envuelve la credibilidad de uno de las actividades deportivas más famosas del mundo. De todas formas, fama nunca es igual a prestigio...

Dejar al campeón mundial fuera del torneo por una carrera en base a penalizaciones que han estado en cuestión parece un sometimiento demasiado maquiavélico de las reglas

Pero son varios detalles que se acumulan en favor de quienes piensan que las reglas se manosearon un poco durante el inédito 2020: la prohibición del party-mode, la amenaza de las grillas invertidas...

Hamilton no se privó de decirlo, y nadie lo acusó de estar desprestigiando el torneo: "Cambian las reglas, como la del motor, un montón de cosas para tratar de mantener el interés en las carreras, presumo. Así es como se siente, naturalmente siento que estoy peleando cuesta arriba pero está bien, no es que no enfrenté antes a la adversidad", dijo, tomando una o dos páginas del libro de Nigel Mansell, que supo cultivar al extremo el arte de la victimización.

El aire limpio no solo es necesario para que los coches de Fórmula 1 rindan a la perfección

27/9


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4 Comentarios

  1. La verdad, Pablo, a mi Hamilton no me cae bien. No hay dudas de que es el mejor piloto del momento, junto con Verstappen. Pero a la primera que no le salen las cosas elije victimizarse. Siempre lo hizo. Y no es que tenga un Balestre respirandole en la nuca, como Senna. Y lo de Schumacher en el 94 no me parece comparable. Tanto él como su equipo violaron flagrantemente las reglas a la vista de todos, repetidas veces. Mercedes no parece hacer trampa, simplemente hicieron mejor las.cosas que el resto con un reglamento que no permite evolución. En ese contexto, Hamilton prácticamente no lucha contra nadie. Y aún así se queja... No es un Muhammad Ali. Es un producto de marketing.

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  2. Qué buena nota, su estilo periodístico me atrapa mucho.

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  3. Me estoy perdiendo el Show de la F1 por los cambios de horarios.Creo q lo pasan ESTA NOCHE a las 5 AM

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