IMOLA 2020: ¿HAMILTON A LA DÉCIMA POTENCIA?



Toto (Wolff) ha dicho que ha llegado al final de su vida útil en su posición actual (en Mercedes), ¿qué tan preocupado estás por el año próximo?

-Ni siquiera sé si estaré aquí el año que viene, así que no es una preocupación para mí en este momento. He estado en esto mucho, mucho tiempo. Definitivamente puedo entender querer retroceder y dedicar más tiempo a la familia y esas cosas.

-La mayoría da por sentado que vas a firmar otro contrato con Mercedes, pero ¿existe realmente una posibilidad real de que no corras en la Fórmula 1 el próximo año?

-Bueno, estamos en noviembre y todavía estoy ... es una locura que la Navidad no esté tan lejos. Naturalmente, me siento genial, todavía me siento muy fuerte, siento que podría continuar durante muchos meses, pero ya sabes, se habló sobre Toto y su vida útil, así que hay muchas cosas que permanecen en la parte superior de mi mente, pero me gustaría estar aquí el año que viene, pero no hay garantía de eso, seguro. Hay muchas cosas que me emocionan del futuro, así que el tiempo lo dirá.

El mismo sentido vertiginoso que Lewis Hamilton le imprime a sus sensacionales demostraciones en pista (decirle carreras sería minimizarlas) impacta, de golpe, sobre el futuro. ¿Podría acabarse, así de fugaz, este momento de epopeya, destinado a figurar con orlas doradas en los libros de historia en las próximas décadas?

Resultaría increíble. Los records están para batirlos pero, en ocasiones, también para pulverizarlos. Duran 15 o 20 años y, de pronto, quedan muy atrás en la consideración final, mientras el flamante poseedor de la marca la estira hasta fijar una nueva vara. Eso está ocurriendo con esa marca absoluta de victorias en la Fórmula 1 que Michael Schumacher había reseteado en 2006 (después de haberla conquistado en 2001) y que ahora el campeón mundial parecía destinado a levantar a alturas solo posibles de alcanzar con la imaginación.

"¿Cien victorias? Muchas más que eso", pronosticó Max Verstappen tras la apabullante conquista de Hamilton en Portimao, una semana antes de Imola, con una decena de vueltas aplastantes para aniquilar a su oposición y ganar, al fin, su Grand Prix número 92. El que lo atestiguaba como el poseedor del record absoluto de triunfos en la máxima categoría.

Así que la cuenta siguió creciendo y las proyecciones la remontaron. Otra brillante gestión de las variables que dominan a la Fórmula 1 de hoy (empezando por las cubiertas) lo acercó más, en Imola, al centenar de triunfos, lo que de verdad sería un logro sublime porque jamás en la historia de la Fórmula 1 se planteó razonablemente la cuestión: ¿alguien puede ganar 100 Grands Prix?

Nunca nadie lo preguntó. Hasta ahora.

Y cuando la pregunta estaba formulada, y los pálpitos acompañan la visión de Verstappen, el campeón introduce una cláusula de desconfianza. Quedan solo cuatro carreras en el 2020, su contador está en 93. ¿Es real todo esto que está sucediendo?

"ESTOY ENVEJECIENDO AHORA"

Opina Joe Saward, que sigue a la F-1 carrera a carrera desde hace más de 30 años. "¿Puedo sugerir que Lewis no está yendo a ningún lado? Hay un octavo título que ganar. Y luego un noveno... Pero tiene razón: uno no sabe qué sucederá mañana".

Para Andrew Benson, que lleva más de un cuarto de siglo siguiendo desde adentro a la F-1, "es altamente improbable que algo vaya a ser muy distinto en 2021".

Acaso la mirada más oportuna para este momento sea la del propio Toto Wolff: "Supongo que si él decide dejar la Fórmula 1, lo que no creo que vaya a ocurrir y espero que no vaya a ocurrir, creo que tendremos un mercado de pases bastante frenético de ahora en más"

Hamilton se envuelve en melancolía en la carrera en la que Mercedes fija otro record absoluto -siete títulos mundiales consecutivos de Constructores-, del que él es fuertemente responsable, y ante la asunción de Wolff (que no es inesperada ni tampoco una sorpresa para quienes siguen el ajedrez cotidiano que se juega en las factorías y en los centros de poder que complementan la actividad en pista tan obvia), es lícito que se plantee tal duda.

No es extraño. Y mucho menos en esta campaña, que ha sido tan eficaz: cuatro meses atrás ni siquiera había comenzado el campeonato... Y aunque se sospecharan, no se conocían con certeza las cualidades asombrosas del W11, el coche que Mercedes preparó para un 2020 más normal, que pintó de negro ante el reclamo de su número 1, y que en 13 Grands Prix, englobados en apenas 18 fines de semana, conquistaron 11 halagos, cinco de ellos abrumadores 1-2.

En menos de cuatro meses.



Así que el vértigo ha sido notable. Y a la hora de detenerse un instante para reflexionar sobre el mar de logros en el que han venido flotando a lo largo de la temporada, cuesta mantener la calma.

Este no es un Hamilton agotado, acosado por la edad o a quien comienza a escasearle la energía: todo lo contrario: "Definitivamente creo que estos últimos años he sido capaz de dar un paso hacia algo diferente ... realmente dar un paso adelante, dar grandes pasos, diría, en áreas positivas y creo que eso viene con la edad. Estoy envejeciendo ahora y, aunque no dejo que mi lado físico se desvanezca, realmente he podido ... lo han visto en la carrera de hoy ... creo que volverme más fuerte, lo que se siente bien. Creo que este año lo he sentido, haciéndome cada vez más fuerte". Lo dijo luego de la carrera, en la misma instancia en la que abrió la incógnita sobre la prosecución de su campaña.

En otra circunstancia, podría pensarse que las declaraciones del campeón son un bluff para cerrar el nuevo contrato que está demorándose más de lo posible. Muchas objeciones pueden estar planteándose allí: desde una cifra que suene irreal en las circunstancias que vive el planeta, hasta la autoridad de aplicación y competencia, si es que la relación entre Hamilton y Wolff ya no será tal en 2021.

Aquí parece haber algo más. Vértigo, sin duda. La sensación de que todo se ha hecho con un frenesí implacable, tal que en el momento del cambio inevitable -porque todas las cosas poseen movimiento- el escenario ya no se puede sostener. Si Wolff deja su lugar, Hamilton puede preguntarse cómo será la gestión de quien lo reemplace. Y a los 35 años (cumplirá 36 en enero), quizás no lo vea como una continuidad sino como una oportunidad, pero en otro sentido.

En todo caso, mañana proseguirá surfeando el vértigo: "A partir de mañana nos centraremos en lo que sigue. Nos centraremos en cómo podemos mejorar. El miércoles tendremos una gran reunión de equipo, tratando de entender qué se podría haber hecho mejor. Tendremos un análisis de cómo se verá el próximo automóvil y qué se necesita para elevar la vara con el motor, con la facilidad de conducción, con la marcha, con el uso de neumáticos, todas estas cosas diferentes"

DEME TODO POR DIEZ

Si la disyuntiva se resuelve a favor de proseguir una campaña memorable, las condiciones están dadas. A saber:

Hamilton puede coronarse campeón por séptima vez dentro de 15 días, en el recuperado trazado de Estambul, durante el Grand Prix de Turquía que ya disputó en cinco oportunidades y ganó una década atrás, en 2010. Le lleva 85 puntos a su compañero Valtteri Bottas y después de Turquía van a quedar 78 unidades. Le bastará simplemente, con llegar segundo en esa carrera... Hace un mes, el pronóstico era que tendría que esperar hasta la cita en Bahrein...

Si consigue la pole-position en Estambul, será la número 98 de su campaña. Podría, sin problemas, tratar de alcanzar cien poles en el cierre del torneo, en Abu Dhabi. Hoy, está a tres de la marca cuando quedan cuatro Q3 por delante. De las 13 anteriores, ganó nueve.... Los Mercedes permanecen invictos los sábados de 2020.

Un año, 2021, significa la chance de que el inglés aspire a ganar otros diez Grands Prix y otras tantas poles. No son alucinaciones, sino proyecciones reales de acuerdo a lo que ha venido venciendo en sus años con Mercedes. Con un agregado: cifras como esas suponen automáticamente una consagración mundial. Si el campeonato del año que viene va a disputarse con versiones mejoradas de estos autos y sobre 23 Grands Prix, quizás hasta tímidas resulten esas proyecciones.

Ese sería el octavo título de Hamilton. De esa manera, quedaría en posesión de los tres máximos records a los que puede aspirar un piloto de Fórmula 1. Triunfos, títulos, pole-positions. La concentración total del talento, la categoría y las destrezas. 

Si el competidor nato que Lewis lleva adentro se sostiene aún con semejante éxito, no podrá menos que entusiasmarse con conducir y correr la máquina que Mercedes preparará para 2022, bajo el signo de un nuevo reglamento técnico más futurista, siempre y cuando el conjunto Brackley-Brixworth se mantengan en operaciones. Esa podría volverse la plataforma de despegue hacia eventuales noveno y décimo títulos. ¿Un sueño imposible? Eso lo sabe solo el piloto más consumado del siglo XXI. Pero nadie puede decir, con toda la data a disposición, que es inconcebible.

Cerca de las cien victorias, a un paso de las cien poles, bien podría sentir que posee la misma energía que Kimi Raikkonen para conducir más allá de los 40 años e instalarse en la meta de duplicar los títulos de Juan Manuel Fangio.

Ese sí sería un Hamilton a la décima potencia.

1/11


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