Un 2020 tan extraordinario (apelando a la definición exacta: fuera de lo común) no se merecía un final tan anodino, adormilante, aburrido. Probablemente sin embargo, era lo que querían los equipos, un Grand Prix sin alternativas de importancia, que pasara rápido, para poder regresar a las bases y descansar hasta fin de año. Haber compactado 17 competencias en 23 fines de semana a lo largo de frenéticos cinco meses y medio pudo resultar extremadamente atractivo para nosotros, fanáticos y analistas, pero se cobró un precio muy importante a nivel de desgaste de los integrantes del circo y en las finanzas de las escuadras. Ya vendrá el momento del análisis global.
En todo caso, el Grand Prix de Abu Dhabi vino de perillas para repasar el lustre de ciertas jerarquías. Este año no había quedado tan claro que Max Emilian Verstappen sigue siendo el segundo mejor piloto de la Fórmula 1 actual. No había dudas de ello en este campo, pero sí acaso faltaba una confirmación definitiva y esa se dio en el habitual tedio de Yas Marina.
A diferencia de 2019 y como explicamos oportunamente, el holandés tuvo en 2020 una herramienta más inestable y un año más corto para poder sacarla del pantano y extremarla. Tropezó con un Hamilton mucho más fuerte que una temporada atrás, y un dominio furioso de Mercedes en la primera parte de este inusual campeonato. Pero, por otro lado, no se vio enredado en lucha alguna con su némesis 2019, el monegasco Charles Leclerc hasta que el piloto de Ferrari lo sacó de pista en el GP de Sakhir cuando el RedBull RB16 apuntaba a una victoria posible por consistencia.
Hubo que esperar una semana más. Verstappen solo tenía una victoria acreditada en 2020 contra las tres del ejercicio anterior, cuando como nunca había brillado. Ese triunfo en Silverstone, en ocasión del GP 70° Aniversario, muchos se lo cargaron más al infortunio de Hamilton rompiendo una goma en el giro final antes que al virtuosismo del perseguidor. En Abu Dhabi, en cambio, fue dominador completo, hegemónico, inalcanzable.
Verstappen conquistó en Yas Marina la única pole-position que Mercedes perdió en este torneo sobre piso seco. En una pista que, desde que se inició la Era Híbrida en 2014, no conocía otro líder que un coche de la casa de Brackley. Acabó venciendo por una diferencia superior a los 10 segundos con un Safety-Car en el medio. Y por si faltara, un detalle: le propinó a Mercedes el primer GP en 40 carreras en el que los pupilos de Toto Wolff no lideran ni una sola vuelta...
Al holandés le faltaron 9 puntitos para arrebatarle el subcampeonato formal a Valtteri Bottas. Eso, con un auto que en condiciones normales es 4 décimas más lento que el W11 negro que conduce el finlandés. Con esos dos coches tan distintos, los dos ganaron dos Grands Prix cada uno. ¿Queda alguna duda de quién conduce mejor?
"RedBull fue demasiado rápido, sorprendentemente rápido. Pensamos que nuestro ritmo de carrera iba a ser muy similar, pero ellos pudieron controlar la carrera y hacer la diferencia cuando lo necesitaron. Traté todo lo que pude pero no pude seguirlo". La excusa de Valtteri...
Mercedes hizo circular al final la versión de que algo defectuoso en los MGU-K de sus dos coches obligó a reducir la performance de las unidades de potencia, como si eso pudiera explicar en alguna medida la paliza que les propinó RedBull.
-Entiendo que ellos tuvieron que reducir la performance del motor-señaló Max en la conferencia oficial de la FIA
-¿Qué es eso del motor?- reaccionó Hamilton
-El MGU-K
-¿Nosotros?
-Sí, ¿no dijeron eso?
-¿Es correcto? No creo que sea el caso
-Quizás sí, pero no lo sabemos...-cerró Bottas
Bottas, Verstappen y Hamilton: 2°, 1° y 3° en la carrera, 2°,3° y 1° en el torneo, pero no en el balance final |
De regreso a las cuentas de Verstappen: la suma de 214 puntos en 17 carreras da un promedio de 12,58 unidades por competencia. En 2019 fueron 278 en 21, es decir, 13,23. No hubo tanta diferencia, teniendo en cuenta que este RB16 no fue tan estable como su antecesor, y que traicionó mucho más, desde lo mecánico, a su piloto.
Un problema eléctrico en Austria, cuando marchaba segundo, en la misma pista en la que había vencido un año atrás, lo obligó arrancar el 2020 en modo descuento. Una lección que espera se haya aprendido, como se verá. También el motor lo decepcionó en Monza, y una explosión inesperada le arrebató otra chance oportuna en Imola.
En síntesis: salvo por la espantosa carrera de Turquía, acaso su peor demostración del año en un un domingo que arrancó pésimo y solo fue empeorando, cada vez que Max terminó un Grand Prix, fue al podio.
Y todo lo que edificó en carrera lo hizo, en general, sin la ayuda de un ladero que pudiera amenazar la estrategia de Mercedes, que normalmente lo mantuvo a raya con maniobras de pinzas. Verstappen siempre estuvo en inferioridad de condiciones, aunque no solo sintiera, cuando fue amenazante le hicieron el 2-1 y si bien pudo arreglárselas contra Bottas, un segundo piloto más eficaz en RedBull podría haberlo ayudado tanto como a la escuadra.
Recién en esta carrera de Abu Dhabi Alex Albon cumplió ese papel, pero fue justo en la carrera en la que Max menos lo necesitaba. Y el pobre Albon ("el auto se sintió muy bien todo el fin de semana, con un par de vueltas podría haberlo superado [a Hamilton] pero me compliqué un poco al principio con la goma dura") siempre tiene algo a mano para argumentar...
("Si esto es suficiente para que Albon mantenga su butaca, RedBull tendría que cuestionarse seriamente. No puede ser suficiente para mantener a un piloto en un buen equipo. Pero podría serlo", opinó Jolyon Palmer, expiloto de F-1 y ahora analista de la BBC)
A Verstappen se le pasó la hora, inexorablemente, de ser el campeón mundial más joven de la histroia de la Fórmula 1, ese logro que tanto anhelaron Christian Horner y Helmut Marko, para aprobación de Dietrich Mateschitz. Solo si Honda cumple con su promesa de delivery para 2021 con un motor impresionante con el que celebrar el tour de despedida, Max tendrá chances reales de pelear el título. Esa condición es necesaria, más no suficiente: RedBull debería dejar de ser un equipo de una única estrella.
Max pasó este importante mensaje antes de dejar Abu Dhabi. Para que lo escuchasen Horner, Marko, Tanabe (Honda) y todo aquel al que concierna en Milton Keynes:
"Sabemos que hay que trabajar duro en el invierno [europeo] para ser mejores y más fuertes, porque no podemos conformarnos con este resultado. Sabemos que tenemos que desarrollar un montón este auto y sabemos que hay áreas en las cuales realmente trabajar, no solo en el chasis, sino también en la potencia, precisamos más. Espero que hayamos aprendido de los últimos años, no es que se haga a propósito, no, pero que aprendamos de nuestros errores, que aprendamos que tenemos que ser más fuertes al comienzo de cada temporada si queremos competirles más duramente, ojalá que tengamos un coche más fuerte para comenzar el próximo año" .
Max nos regala lo suyo: mucha velocidad, maniobras de riesgo, una lengua filosa y toneladas de comentarios sardónicos, cargados de intención. Un personaje de esos que habría que inventar si no existieran. Por suerte, contó con esta última carrera para refrescar la memoria colectiva. Después de Lewis, viene Max. El resto, atrás.
13/12
1 Comentarios
Sr. Bignone, un privilegio muy grande, poder enviarle mis saludos, sus conocimientos, y análisis del automovilismo son siempre muy atinados.
ResponderBorrarSr Bignone; tiene usted algún libro o libros publicados?.
Yo le saludo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México.
Como puedo acceder a sus libros.
Lo mejor para esta temporada.
Y lo sigo a usted, y a todo el grupo. de F1,y circuito.
Muchas Gracias por todo.
Muy Buenas Tardes.