La novela que supuso la renovación del contrato del siete veces campeón mundial Lewis Hamilton se llevó gran parte de la atención de los fanáticos de la Fórmula 1 durante los primeros días del 2020.
Finalmente se anunció lo que para algunos, incluido el exZar Bernie Ecclestone, estaba arreglado desde diciembre: Hamilton va por su octavo título mundial con Mercedes y se verá durante la temporada si habrá prolongación más allá de 2021, cuando cambia la reglamentación.
A quienes se preocuparon por la ausencia de una relación contractual entre Hamilton y Mercedes, habría que recordarles una joyita: Donington 1993. La fabricó Ayrton Senna hace casi tres décadas cuando no tenía ningún contrato firmado con McLaren…
Aquel año, Senna estaba muy molesto. Alain Prost se había sumado a Williams, la mejor escuadra de entonces, y lo había vetado. El brasileño se ofreció incluso a correr gratis para el equipo de Frank Williams -una oferta que pasó en una servilleta de mesa a mesa durante una cena previa al GP de Hungría de 1992-, pero no pudo salirse con la suya.
Para colmo, McLaren había perdido los poderosos motores Honda, con los que Senna había conquistado sus tres títulos mundiales, y Ron Dennis le ofrecía un contrato de apenas 5 millones de dólares para el ’93, mucho menos que los 16 millones que le había pagado en 1992.
Así que, cuando acabó ese contrato 1992, Senna fantaseó con dejar la Fórmula 1. Incluso probó un Penske de IndyCar en Estados Unidos gracias a la gestión de otro paulista, Emerson Fittipaldi.
Finalmente, llegó a un acuerdo de palabra con McLaren: Dennis, empujado por la tabacalera que apoyaba a su equipo, le pagaría 1 millón por carrera, el miércoles previo a cada GP.
Después de Donington, cuando Senna había ganado dos de los tres Grands Prix disputados (y su presunción de que el Mclaren-Ford no era lo suficientemente competitivo había perdido terreno), el pago para la siguiente carrera, en Imola, se demoró.
Así que Senna se quedó en Brasil hasta último momento, disfrutando de su nueva novia, la bella Adriane Galisteu, y solo el jueves a la noche abandonó su país en un vuelo de línea rumbo a Roma.
En Fiumicino lo esperaba su jet privado, el que lo llevó hasta Bologna; de ahí saltó a un helicóptero, que lo acercó a Imola: llegó a la pista tres minutos antes del inicio de la primera práctica...
Con ese trato verbal, peleó el título hasta que Prost ganó cuatro carreras consecutivas. En Magny-Cours hubo acuerdo, y el contrato se firmó una semana después en Silverstone. Corría julio... Había disputado siete pruebas del Mundial sin una relación contractual.
Para entonces, a Senna no le interesaba más la cuestión: ya estaba negociando su contrato con Williams para 1994… Le quedaban solo 10 meses de vida.
Lo interesante de ese caso es que ese millón de dólares que McLaren pagaba por Grand Prix a Senna, representan 2,08 millones a valores de hoy, según las mediciones del poderoso Bank of England. Los 15 millones que acabó cobrando el brasileño por toda la temporada suponen, en la actualidad 31,2 millones de dólares.
No está clara la cifra por la cual Hamilton se comprometió a defender el invicto de Mercedes durante este 2021. Algunos suponen que el inglés finalmente arregló por los 30 millones de dólares que proponía el equipo.
Otras fuentes más dignas de respeto, como el periodista italiano Pino Allievi, consideran que Hamilton aceptó que le pagaran 45 millones de los 50 que reclamaba y que los cinco de la discordia se destinen a funciones benéficas.
En el primer caso, esos 30 millones suponen una cifra similar a la que percibió Senna hace casi 30 años. El brasileño era el ídolo del inglés y probablemente haya sido el volante más eximio de la era moderna, pero en ese caso los siete títulos mundiales de Hamilton no parecen suficientemente recompensados.
En el segundo caso, si el inglés dispone de 45 millones más en su bolsillo, habrá que ver cuántas carreras, finalmente, deberá disputar en este calendario 2021 jaqueado por la pandemia del Covid-19.
Si, como está previsto en los libros de Liberty Media, debe competir en 23 oportunidades, una regla simple indica que cobrará algo menos de 2 millones de dólares por prueba... y eso es menos que lo que Senna recibió en 1993.
En cualquier caso, Hamilton recibirá una fortuna por intentar alcanzar un record absoluto: ocho títulos mundiales no los ha logrado nunca nadie y, si el piloto de Stevenage lo consigue, esa marca permanecerá vigente por muchas décadas.
Pero parece evidente, teniendo en cuenta el antecedente de Senna e, inclusive, los de Michael Schumacher, que el esfuerzo de Hamilton ha sido comparativamente menos valorado.
En especial, considerando que los pilotos de Fórmula 1 se juegan la vida en su su actividad, a diferencia de futbolistas, tenistas, basquetbolistas o golfistas, que sin embargo lideran las tablas de mayores ganancias.
Según Forbes, en 2020, Hamilton ganó exactamente la mitad de dinero que el deportista mejor pago del mundo, Roger Federer. Con 54 millones (y un salario de 42) de ganancias, el inglés ocupó el decimotercer lugar en la tabla.
Sus números puede empalidecer más, incluso, comparado con los de Lionel Messi, revelados hace poco en España, que alcanzan un volumen de 555 millones por cuatro años...
Ni siquiera fue el inglés mejor pago del 2020: el boxeador Tyson Fury ocupa el 11° lugar en la lista, con 57 millones de dólares.
Mercedes argumenta que la pandemia achica las ambiciones. Con el tope presupuestario ya en juego, la cautela financiera puede haber ganado terreno sobre la voluntad de su campeón.
Pero siete títulos no se ganan todas las décadas. ¿O es que Mercedes supone que con sus autos cualquiera hubiera podido obtener tantos lauros?
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