FORTUNA, SEGUIDORES Y UN ASOMBROSO DESAFÍO: PORQUÉ NO HAY QUE ESPERAR QUE HAMILTON SE ALEJE DE MERCEDES POR ALGUNOS AÑOS



No fueron pocos los aficionados que, con el Grand Prix de Mónaco, sintieron reverdecer una ilusión. La inocultable tensión entre el campeón mundial Lewis Hamilton y su equipo lo hizo soñar con la posibilidad de que el vínculo no se renueve a fin de año, y eso desemboque en una era de mayor paridad en la Fórmula 1, con los consiguientes entusiasmo y expectativas para el futuro.

Fue tal la gravedad del intercambio radial entre el piloto y los jerarcas de la escuadra Mercedes que las ilusiones no fueron pocas para quienes imaginaron que eso podría desembocar en una ruptura. Sin el siete veces campeón del mundo a bordo de un coche del equipo también consagrado en siete oportunidades, podrían crecer las chances de otros candidatos: RedBull, Ferrari, acaso McLaren...

Pero es obvio que ello no ocurrirá. La tormenta pasó. Hamilton ventiló su malhumor durante el frustrante Grand Prix y se concentró junto con sus compañeros en evaluar todo lo ocurrido en el fin de semana monegasco, una verdadera autopsia llevada a cabo el lunes por la mañana en Brackley -mientras Ferrari descubría en Maranello una rotura invisible a la inspección ocular en el portamazas trasero izquierdo de la SF21 de Charles Leclerc- para establecer las razones por las cuales la performance había sido tan floja: la peor desde Brasil 2019...

Hamilton no está acostumbrado a perseguir durante más de 70 vueltas a un Alpha Tauri (ex ToroRosso, ex Minardi) sin poderlo superar, como ocurrió con Pierre Gasly en Montecarlo, pero en todo caso bastante más lastimosa la tuvo su compañero Valtteri Bottas no pudiendo  llegar a la bandera a cuadros por un incidente -una tuerca rota, finalmente- que no tuvo nada que ver con su actuación. 

El inglés desembarca esta semana a Bakú para el próximo Grand Prix de Azerbaiján convertido nuevamente en favorito a la victoria, en un circuito en el que Mercedes ya ha ganado en tres (de cuatro ocasiones), intentando demostrar que Mónaco quedó atrás. Por primera vez desde el GP de Inglaterra de 2018, hace casi tres años, Mercedes llega a una carrera sin liderar el Mundial de Constructores y eso se vive como una provocación.

Más allá del ciclón desatado al borde del Mediterráneo, ahora que la F-1 competirá a orillas del Mar Caspio, cada vez resisten menos las dudas de que Hamilton continuará en el equipo Mercedes, especialmente si consigue este año su octava corona mundial. A los 36 años, se siente todavía en forma y piensa que está manejando mejor que nunca: en la medida que su estado físico y su voluntad lo acompañen, ¿por qué habría de abandonar tan fructífera actividad?

Cada vez se escuchan menos los argumentos por los cuales se intenta socavar la tarea del inglés señalando que los méritos provienen de la ingeniería y no de la conducción. Lo que está claro a esta altura es que si Mercedes pensara seriamente que cualquier piloto podría ganar con sus coches, ¿por qué ha vuelto a contratar a un piloto de 36 años al que tiene que abonarle 30 o 40 millones de dólares por su tarea, cuando podría hacerlo con cualquier otro por la décima parte de ese dinero?

Pero a Toto Wolff ni se le ocurre la alternativa, a menos que Hamilton lo sorprenda; de todas formas, lo conoce bastante mejor que cualquiera de los que tratan con Lewis en el ambiente de la Fórmula 1. Y nunca ha sugerido que no lo necesita

Entre otras razones, más allá de las evidentes que tienen que ver con el volante y la competencia, por lo que representa en términos de imagen. No hablemos de aquellos lugares en los que sobran aficionados a la máxima categoría del automovilismo mundial. Hamilton es el piloto de F-1 más conocido en los Estados Unidos, por ejemplo, dónde organizadores y equipos quieren ampliar su base de sustentación. En 2022 habrá dos Grands Prix en el territorio del Norte: ¿justo se privaría Mercedes de tener a su carta de presentación más famosa?

Algunos números revelados en la semana por el colega Joe Saward: 

"Los seguidores de Hamilton e Twitter son 6,3 millones, más del doble del tamaño del ejército de 3 millones de la Scuderia Ferrari en Twitter. Hay una diferencia más grande en Instagram, dónde Lewis tiene 22,4 millones de seguidores y Ferrari solo tiene 6,4 millones. Fórmula 1, mientras tanto, tiene 5,7 millones de seguidores en Twitter y 13,3 millones en Instagram, lo que demuestra que en las redes sociales un individuo puede ser más que un deporte". (Las negritas son nuestras)



En los '60 estalló el escándalo cuando John Lennon afirmó, en los Estados Unidos y sin pensarlo mucho, que los Beatles eran más conocidos que Jesucristo. Hamilton, en cambio, puede sugerir con alguna herramienta a mano que es más conocido que la Fórmula 1. Para completar la información: Mercedes, el equipo para el que compite, tiene 3,1 millones de seguidores en Twitter (la mitad que Lewis) y 7 millones en Instagram (menos de la tercera parte). No solo es su piloto de mayor jerarquía: también es su propagandista más destacado...




¿Y si Hamilton ya no se conforma con ser el piloto que más títulos mundiales de Fórmula 1 haya conquistado? Esa marca la logrará si consigue el mundial este año, superando con 8 títulos la marca de 7 establecida por Michael Schumacher en 2006. Pero...¿qué tal si quisiera ser el piloto con más títulos mundiales en la historia del automovilismo? El record lo conserva Sebastian Loeb en el Mundial de rally (una disciplina distinta, acaso no tan competitiva pero de la misma complejidad), con 9 coronas obtenidas entre 2004 y 2012.

Sería un asombroso desafío para el piloto británico, fabulosamente atractivo por cierto, intentándolo al comando de un nuevo coche, con otro reglamento y, probablemente, una manera distinta de correr carreras. Y ya se rumorea que ese es un aliciente que Wolff ya habría agitado delante de su piloto. 

No habría necesitado mucho: es preciso recordar que en este momento Loeb compite en el flamante torneo Extreme E -autos eléctricos a campo traviesa- en el equipo X44, propiedad nada menos que de Lewis... Es improbable que no hayan hablado del tema en alguna oportunidad, ¿no es así?

Por lo tanto: no habría que apostar un solo centavo a la posibilidad de que Hamilton no corra con Mercedes en el próximo año. Ni en los siguientes.

31/5




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