Mick Schumacher llegó a la Fórmula 1 con una sensacional historia familiar para respaldarlo pero sin el apoyo directo de su padre, que prácticamente vegeta desde fines de 2013. No es el primero que lo hace así: Jacques Villeneuve debutó 15 años después de la muerte de su padre Gilles y alcanzó lo que su progenitor, ídolo ferrarista, no pudo.
El joven alemán, el tercer Schumacher en competir en la máxima categoría (otra simetría con los Villeneuve: dos hermanos y el hijo de uno de ellos...), conduce el peor auto del 2021 y, sin embargo, está convenciendo con su trabajo. Lo que resulta muy meritorio, dadas las circunstancias, pero tampoco se podía esperar menos del campeón de la Fórmula 2.
(En Fórmula 1, todo tiene que ver con todo: el coach de Mick es el escocés Jock Clear, el ingeniero de Jacques Villeneuve en el título mundial de 1997, logrado aquella infausta tarde de Jerez, cuando Michael Schumacher intentó sacar de pista al canadiense; Clear, hoy a sueldo de Ferrari, y Michael más tarde trabajaron juntos en Mercedes en el periodo 2010-2012)
Hasta aquí Mick es-indudablemente- el mejor rookie del 2021. Se equivoca poco: solo se le computa aquel trompo en Imola con el piso mojado; corre con madurez, y va superándose carrera a carrera. Cuenta con el inestimable apoyo de su ingeniero de pista, Gary Gannon, que lo va guiando con fabulosa tranquilidad, sin perder la calma, en una relación de trabajo que sin duda es muy fructífera. Mick llega en todas las carreras y suma una valiosa experiencia. Pero no está solamente haciendo experiencia.
Para empezar, bate sin atenuantes a su compañero Nikita Mazepin. Lo supera 4-0 en clasificación y carrera, en promedio le sacó 6 décimas de segundo por vuelta en clasificación, en Portimao su vuelta más veloz fue 9 décimas más veloz y en Barcelona casi 1s5. Esa pelea parece decidida a favor del alemán. (No parece ser muy difícil ser mejor que un compañero tan limitado, pero... hay que serlo)
Pero lo más interesante de Mick es que, con el peor auto del 2021, está dando batalla. Le está poniendo pimienta al fondo del pelotón. Provoca que en las carreras y más allá de su apellido, valga la pena seguir de cerca su desempeño.
Convengamos en que el Williams FW42 es entre 5 y 7 décimas más veloz que el Haas VF-21. Hasta Gunther Steiner, el mercurial jefe de equipo de la escuadra estadounidense, acepta que tienen el peor coche. Desde febrero vienen trabajando en el modelo para 2022 y a este auto apenas le cayó un update en Imola. No habrá más.
Sin embargo, pese a esa diferencia, Mick empezó a pelear de a poco con los Williams. Es una lucha que cobra atención, que despierta interés. Eso es lo que lo mantiene motivado, de paso.
En Portugal, la tercera carrera del año, superó a Nicholas Latifi durante la competencia y más tarde afirmó que si el canadiense si no lo tapaba tanto, era posible darle pelea a George Russell.
En Barcelona largó delante del canadiense, en la primera vuelta peleó con Russell (que se fue ancho en la curva 3 del circuito de Montmeló y ahí perdió la posición con el alemán) y su vuelta más rápida fue más veloz que las de sus rivales de Williams: medio segundo más rápido que Russell (con el mismo desgaste de cubiertas que el inglés).
Inclusive su vuelta rápida fue más veloz que las de los pilotos de Alfa Romeo y que Sebastian Vettel, que se la pasa dándole consejos a su joven compatriota, el hijo de su ídolo de la infancia.
Al cabo, el de España (18°) fue su peor resultado final, porque el circuito expone la falta de carga aerodinámica de los autos, y en Montmelo el Haas VF-21 volvió a revelarse como un coche sin desarrollo.
Pese a eso y a medida que se va soltando, Mick convierte más y más a los Williams en su horizonte. Haas "ya no da vueltas en solitario", dice Steiner, y eso es gracias al pibe Schumi.
No son pocos quienes consideran que Ferrari, que lo tiene bajo contrato, debió haberlo sentado en un Alfa Romeo, coches con algo más de rendimiento que los recalcitrantes Haas. Eso hubiera supuesto poner a Mick con un fenomenal compañero de equipo, Kimi Raikkonen, que habría podido guiarlo y enseñarle de primera mano los trucos del oficio... si Kimi hubiera querido hacerlo.
Pero no había lugar allí: Ferrari quiso conservar al único italiano de la F-1, Antonio Giovinazzi, y los números de 2021 prueban que no estaban equivocados en ese sentido. También tener que medirse contra un excampeón como Raikkonen pudo haber supuesto una presión adicional para el alemán. ¿Cómo habría reaccionado si el finlandés lo superaba carrera a carrera?
Todo sugiere que el territorio Haas era el más adecuado para ir desarrollando las destrezas y capacidades del joven Mick, sobre quien, a diferencia de lo que ocurría con Jacques V., no pesa la presión de la emulación. A nadie se le ocurre pensar que Mick puede ser tan exitoso como Michael, porque eso sucede una vez en muchas generaciones...
La tarea que Ferrari la encomendó, Mick la está cumpliendo. Experiencia, conocimiento, adaptación, adaptación. Superioridad sobre el compañero. Lista de errores minimizada. Trabajo en equipo.
El informe lo pasa Steiner, seguramente llega a manos de Mattia Binotto:
- “Es muy reservado y está muy bien preparado”.
- “No lo ví nunca entrar en pánico, ponerse nervioso, lo que creo que es muy bueno para un joven de 22 años. Siempre se prepara y trabaja duro. Mick trabaja meticulosamente, muy enfocado”.
- “Tiene una sola cosa en la cabeza, que es tener un buen primer año en Fórmula 1, aún si resulta difícil. Puede manejar muy bien esas dificultades y es muy realista acerca de lo que puede alcanzar y lo que no”.
- “Siempre mantiene motivada a su gente, lo que a menudo no es fácil. Es un profesional. Es como si hubiera estado haciendo esto mucho tiempo. Lo prepara todo y no deja nada librado al azar”.
- “A veces ni hablo con él porque está tan involucrado con sus mecánicos e ingenieros… Eso es mucho más importante que hablar con él: si algo está mal, hablamos, pero si es solo por hablar, prefiero dejarlo en paz porque veo que siempre está trabajando. Eso es remarcable”.
(Steiner habló para la cadena alemana RTL)
Si Alfa Romeo renueva su patrocinio en la escuadra Sauber en 2022, Ferrari continúa dándole sus motores y –por ventura- Kimi Raikkonen decide que ya fue suficiente, ¿no sería ideal verlo allí a Mick siguiendo su evolución?
O mejor aún: ¿no podrá Haas hacer un coche superior para 2022, ahora que cuenta con una oficina de ingenieros pagados por Ferrari trabajando para ello en Maranello, para que lo maneje un piloto con un año entero de experiencia positiva y un apellido glorioso?
Habrá que verlo.
11/5
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