INGLATERRA 2021: HAMILTON NOQUEA A VERSTAPPEN Y EL CAMPEONATO REVIVE, PERO PODRÍA VOLVERSE INCONTROLABLE



"¡El Imperio contraataca!", bromeó Toto Wolff luego de que Lewis Hamilton le ganara a Max Verstappen  y por apenas 75 milésimas de segundo la clasificación del Grand Prix de Inglaterra.

"Saludos al Imperio", ironizó el doctor Helmut Marko luego de que Verstappen venciera a Hamilton en el sprint sabatino que decidió la grilla de partida para el Grand Prix.

-Lewis, nunca nos rendimos. ¡Nunca! Esto está vivo- le gritó Wolff a su piloto por la radio, apenas culminado el Grand Prix

-¡Por supuesto, Toto, por supuesto!- fue la eufórica respuesta.

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Si se repasa en detalle, una vez más, el camino que llevó a Copse, la evidencia es innegable. No una ni dos, sino tres veces el campeón mundial coloca la trompa de su Mercedes por delante de la línea delantera del RedBull del líder del Mundial. 

No es suficiente como para asegurar la maniobra, para terminar de cerrarla, pero sí para demostrar que en Silverstone el W12 era tan fuerte como el RB16B. Tan rápido y tan competitivo como el auto que venía de vencer cinco Grands Prix consecutivos.

Estamos asistiendo a uno de los campeonatos más duros de los últimos tiempos, al más cerrado de los años recientes. El equipo campeón, el Imperio en palabras de su titular, no está dispuesto a dejarse derrotar. Y trae a la pista lo más eficaz de su última cosecha.

Entonces, después de haber pedido, rogado, casi ordenado a su equipo que lo dotara de variantes, de mejoras, de desarrollos novedosos, ¿cómo es posible pensar que el campeón mundial iba a dejar escapar una oportunidad semejante? ¿Con qué cara iba a enfrentar luego a su equipo habiendo perdido la carrera en la primera vuelta?

En Silverstone, Mercedes le adosó a su W12 novedades en los bargeboards y en el centro del piso, para cerrar mejor el flujo que corre por debajo del piso del auto, lo que se tradujo en un apreciable aumento de downforce y la posibilidad de poder quitar carga del alerón trasero para ganar velocidad en recta sin perder tanta adherencia doblando a alto régimen. Un avance notable. ¿Hamilton iba a aceptar que el esfuerzo que significó ese adelanto, después de haberlo reclamado hasta con rabia, no tuviera premio?

Gracias a ese desarrollo técnico y a su decisión estuvo, en esa fallida primera vuelta, tres veces delante de Verstappen: la última un centenar de metros antes de entrar en Copse, una de las curvas más tremendas de todo el calendario, que se dobla a fondo muy cerca de los 300 km/h.

La materia es impenetrable. Si lo fuera, los autos 33 y 44 se habrían superpuesto en tiempo y espacio durante esos segundos en los que recorrieron rueda a rueda el legendario asfalto de Silverstone hasta el toque en cuestión.

Se han puesto de moda los videos del "auto fantasma", para mostrar las diferencias entre dos autos en la búsqueda del tiempo de vuelta más rápido. Este domingo en Inglaterra no fue virtual, sino real. Solo que las reglas del mundo físico se impusieron sobre la voluntad.

Hay que decirlo: Verstappen dobló por afuera por su cuenta y riesgo. Le salió muy mal. ¿Quiso intimidarlo Hamilton? Es probable que haya querido sentar un precedente: "el campeonato lo vamos a correr de esta manera, sin levantar. Lo puedo perder, pero no será sin pelearlo hasta el extremo", pudo haber pensado. Es la manera en que siente hacerlo. Los comisarios dieron su veredicto: el inglés no hizo nada para evitar la colisión. 

Acaso el castigo fue inferior al daño, acaso un stop&go habría sido más justo, pero eso no cambia el eje de la polémica: se está corriendo el campeonato del mundo más pesado de los tiempos recientes. Se está corriendo en todos los planos: en la pista, en los discursos, frente a la FIA, en las fábricas, en los proyectos futuros. Se corre intentando superar y buscando desestabilizar. El límite, el borde del abismo, está muy próximo. Pero se puede esperar, razonablemente, que no vayan a superarlo

Es toda una enseñanza para RedBull, y también para Verstappen, que acaso pecaron de cierta ingenuidad tras cinco triunfos consecutivos. Quizás creyeron que el Imperio ya estaba vencido. Silverstone demostró lo contrario. Y todavía quedan al menos otros diez Grands Prix para acabar el 2021.

La furia del holandés se ventiló en un único tuit, con frases como estas: "Muy desilusionado después de que me sacaran (de carrera) de esa manera. La pena no nos ayudó ni le hizo justicia a la peligrosa maniobra de Lewis. Fue irrespetuoso y un comportamiento antideportivo, pero tenemos que movernos".




 Está claro: sintió el golpe. No solo el impacto de 51G ni el que producirá la factura por los arreglos del coche, superior al millón de libras esterlinas si se hace caso a Christian Horner, sino el auténtico golpe con la realidad. Mercedes y Hamilton no están dispuestos a entregarse tan fácilmente.

"Fue peligroso, pareció fruto de la desesperación", criticó la maniobra Horner. Quizás fue la desesperación de advertir que el campeonato se iba escapando derivó en esa determinación, para contar con un auto más competitivo y para hacerlo valer. 

"Poner una rueda adentro en una curva como Copse... eso simplemente no se hace. Lewis tiene experiencia más que suficiente como para saber que eso es inaceptable", cerró Horner.

"Ninguno de los dos pilotos estaba dispuesto a ceder y ninguno le dio espacio al otro. El tango se baila de a dos", filosofó un tanguero Wolff.

Y Hamilton, al cabo, envió su mensaje a través de la TV: "Max es muy agresivo, lo sé. Hoy estuve a su lado y no me dejó espacio. as reglas dicen que cuando la trompa de tu auto está a la altura de la rueda trasera del auto que va a adelante, la curva es suya; si, en cambio, estás a la par, la curva es tuya. Yo estaba a la par. La curva era mía. No siento hostilidad pero él debe saber que si todos levantan el pie cuando luchan contra Verstappen, yo no. Yo estoy aquí para luchar y no me rindo tan fácilmente".

Parece que rendirse no es una opción.

Fue la 99a victoria de Hamilton en Fórmula 1. ¿Qué no hará para conseguir 100?

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La maniobra es controvertida hasta para los mismos pilotos de Fórmula 1:

"Lewis tenía más de medio auto al lado de Max, no podía desaparecer de ahí, no es que podés disolverte allí. Fue un momento desafortunado, pero nada intencional o nada que cualquiera de los dos haya hecho mal, en mi opinión", opinó Fernando Alonso.

"Lewis entró muy fuerte para el nivel de grip y ahí se ve que va contra Max. Completamente sin intención, pero con la naturaleza aerodinámica de estos autos, hay que dar un poco más de espacio, aunque yo soy quien para juzgar y decir habría que haber hecho esto o lo otro", señaló Daniel Ricciardo.

Será guerra total por el título, pero el límite tiene que quedar claro. No más Senna vs Prost, ni Schumacher vs. Hill, nada que se vuelva incontrolable. Y ese es el auténtico riesgo: transformar un campeonato despiadado en una batalla inmoral...

Si algo distinguió a Hamilton a lo largo de su ya dilatada campaña de 15 temporadas, es que sus métodos resultaron siempre mucho más éticos que los de, por ejemplo, Michael Schumacher. Ese parece ser su límite. La determinación no se cruza con la mala fe. Se verá si eso continúa siendo así. 

18/7





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2 Comentarios

  1. Todos tiene que levantar el pedal contra el niño Max, solo él puede hacer picardías, bien festejado Hamilton, es un piloto que ganó, no un canciller.

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  2. Justo al final mencionas lo mas importante, las carreras de F-1 son entre caballeros, no deben convertirse en guerras ni batallas inmorales, como bien lo señalas, debe prevalecer justo el criterio ético, y al menos en la escuela del Karting te enseñan o al menos ami me enseñaron a medir el riesgo y el peligro de enllantarse. y de ahí tenerlo presente en los autos fórmulas¡

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