"Checo es una leyenda". Transcurrieron ya más de tres meses desde que el actual campeón mundial Max Verstappen pronunció aquella frase, durante los momentos más acuciantes del último Grand Prix de Abu Dhabi, que definió el torneo 2022, acaso el mejor de todos los disputados desde el inicio del Mundial en 1950.
Ya está, ya fue. El objetivo se ha renovado. Después de casi 120 días no quedan muchos rastros de aquel clímax: los autos son muy distintos, la pandemia quedó atrás, hasta el escenario competitivo ha cambiado. A Sergio Michel Pérez (32) probablemente le cae mucho más adecuado este RB18 que el coche que debió manejar durante su primer año en la escuadra RedBull, pero en esta segunda temporada no solo se han renovado los desafíos: las metas son más complicadas.
No ha sido el arranque más feliz el que vivió el piloto de Guadalajara, pese a que parece llevarse de forma más amigable con este coche que sufre más la ida de trompa (a la que está más acostumbrado) que la cola suelta, como era la característica esencial del RB16B con su filosofía "high rake", más apta para el estilo de Verstappen que para su preferencia.
Pérez abandonó en Bahrein, el primer Grand Prix del año, a causa de un inconveniente en la alimentación de su motor RBPT (exHonda), y perdió una formidable chance de victoria en Arabia Saudita cuando fue el primero en el pelotón de punta en detenerse a cambiar neumáticos justo antes que el Williams siniestrado de Nicholas Latifi disparara un safety-car.
Aquel título honorífico de "ministro de Defensa" que se ganó en su lucha contra Lewis Hamilton en Abu Dhabi, ayudando a Verstappen a ganar la corona, parece que ya no vale mucho en RedBull. Los números que examinó la escuadra son otros. Además, el objetivo se ha renovado, la meta del 2022 es mucho más importante, y resulta difícil manejarse en Milton Keynes sin ser piloto original del programa.
Durante años, los compañeros de Verstappen pelearon -infructuosamente- para sobrevivir en un ambiente tóxico, y así perdieron su lugar, sucesivamente, Daniil Kvyat y Pierre Gasly. El ruso ya no está en la Fórmula 1 pero el francés revivió su carrera conduciendo para Alpha Tauri, conquistando inclusive una victoria en el GP de Italia de 2020.
A diferencia de Pérez, Gasly vio su campaña hacia la F-1 financiada por el programa de pilotos de la compañía de bebidas. El impulsor del programa, el incómodo Doktor Helmut Marko, expresó inesperadamente su voluntad de sostenerlo dentro de la familia, lo que supone una presión adicional para el mexicano, cuyo contrato solo fue extendido hasta fines de este año, contra su deseo.
"Tenemos contrato con él (Gasly) hasta 2023. Si ese contrato fenece y no podemos darle una chance de promoción, seguramente lo perderemos y no queremos que ello ocurra", señaló Marko. La "promoción" es una sola posibilidad: subirlo a la segunda butaca de RedBull. Las consideraciones de marketing no son menores: Gasly representa a Francia, dónde la bebida energética estuvo prohibida durante muchos años, pero una vez autorizada la comercialización representa un fabuloso mercado, a un paso de Austria, la sede de la compañía.
Nunca reputado por su corrección política, Marko inició públicamente la subasta de esa butaca número 2. "Tenemos que comparar las performances de ambos pilotos. Tenemos hasta mitad de año con Checo para hacerlo", afirmó. ¿Por qué hasta mitad de temporada? Porque es el momento en el que RedBull debe comunicarle al latinoamericano si hace uso de la opción para renovarle el contrato o si lo libera para 2023.
Otro austríaco, Gerhard Berger, ganador de 10 Grands Prix de Fórmula 1 entre 1987 y 1997 y el primer piloto auspiciado por la compañía en la máxima categoría, afirmó que "Gasly es lo suficientemente bueno como para tener otra chance" en RedBull. "Gerhard tiene razón", sentenció Marko. "Pero por ahora tenemos contrato con Checo".
El asesor sugiere comparar las performances 2022 del mexicano y el francés. ¿Cómo hacerlo si conducen autos completamente distintos? El RedBull RB18 puede pelear los títulos de pilotos y de constructores este año; el Alpha Tauri AT03, en cambio, parece seguir sin poder vencer siquiera al Alpine A522 en la batalla de la mitad del pelotón.
La única manera es seguir paso a paso el desenvolvimiento de cada uno en su medio. ¿Eso hará Marko? Está claro que el objetivo para Gasly sería poder sumar consistentemente puntos durante esta primera mitad del año, para tratar de llevar a Alpha Tauri lo más arriba posible en el torneo; en 2021 el equipo de Faenza terminó sexto en el torneo, pero Gasly capturó el 78 por ciento de los puntos: fue la tenue performance de su compañero Yuki Tsunoda lo que impidió que la marca estuviera más arriba.
Y eso, también, es lo que van a seguir en Checo: su contribución a las aspiraciones de RedBull de ganar el torneo de Constructores, que no obtienen desde 2013. Desde entonces, nadie batió a Mercedes. Verstappen se quedó con el título de pilotos en diciembre, pero a RedBull le faltó el título de marcas y esa fue la asignatura pendiente de Pérez.
Mientras, en su formidable, estresante batalla, los pilotos número 1 de RedBull y Mercedes sumaron una fabulosa cantidad de puntos (395,5 a 387,5), la diferencia en el torneo de marcas la hicieron los segundos pilotos. Tanto Pérez como Valtteri Bottas (por entonces compañero de Hamilton) ganaron un solo Grand Prix en el 2021, pero el finlandés venció por buena diferencia al mexicano en la carrera por el tercer puesto del torneo: 226 a 190.
Eso fue considerado un déficit por parte de Pérez, del que se esperaban entre 240 y 250 puntos de contribución a la pelea por el título de constructores. El "Checo es una leyenda" pudo haber disimulado esa carencia por unos días (y hay que reconocer que el equipo que dirige Christian Horner retiró a Pérez de esa carrera en las vueltas finales, resignando esos puntos, para despejar el camino de Verstappen en ese controvertido final) pero esa cosecha, 25 por ciento menor a la esperada, pesó en el resultado final.
(No está de más recordar que es en base a los resultados del Campeonato de Constructores que Liberty Media reparte el dinero que deben llevarse los equipos al cabo de cada temporada. Su importancia no es solo una cuestión de orgullo tecnológico)
Una consideración similar puede pesar en los Grands Prix venideros.
Lo que redefine el auténtico objetivo de Checo en esta primera mitad del Mundial 2022 de Fórmula 1.
El objetivo es Carlos Sainz Jr.
Sin duda: es al piloto de Ferrari, el otro hispanoparlante de la Fórmula 1, al que el mexicano debe intentar batir para cumplir con las expectativas del equipo para el que compite.
La euforia italiana por un comienzo tan espectacular de la F1-75 ha llevado a sus fanáticos (simples tifossi o prensa partidaria) a pensar que "Ferrari ya tiene medio Mundial ganado". La lógica de tan audaz afirmación es que solo el Cavallino o RedBull pueden pelear el título, dados los problemas que aquejan actualmente a Mercedes, acentuados por la perplejidad que abate a los técnicos del equipo campeón, quienes todavía no pueden trazar un diagnóstico certero del drama.
Seguramente es precipitado, porque todavía faltan 21 carreras en ocho meses para finalizar el torneo, pero por ahora ese es el panorama. Ferrari versus RedBull.
Mientras Verstappen se las entiende a su manera con su contemporáneo Charles Leclerc (hasta ahora, un triunfo cada uno), a Pérez le queda la tarea secundaria. En tanto Hamilton o George Russell no reúnan tantas unidades para Mercedes, robarle puntos a Ferrari superando a Sainz (y eventualmente a Leclerc, cuando pinte la ocasión) será la meta.
Objetivamente, el RB18 debiera permitirle al mexicano una tarea más sólida. Durante 2021, la diferencia una vuelta entre Verstappen y Pérez oscilaba entre el medio segundo y las siete décimas. Salvo en Imola, el nerrlandés siempre largó delante de su compañero.
Este año, el nuevo coche le sonríe mucho más a Checo que su antecesor. Por las características ya reseñadas, que no favorecen en exceso el estilo de Verstappen, la diferencia cayó a aproximadamente tres décimas de segundo. De hecho, Pérez pudo sellar en Jeddah y con ese auto la primera pole-position de su campaña en F-1, que ya acumula 220 carreras.
Es una señal muy estimulante, pero también despeja la posibilidad de excusas. "El auto le cae mejor, se siente más confortable y ya conoce al equipo", afirmó Marko, marcando el terreno.
En la mira está Sainz Jr. Disminuido respecto a Leclerc respecto de lo que había rendido en 2021, pero todavía una fuerza nada desdeñable. Subió al podio en las dos carreras de 2022, y en Arabia venció a Checo en el sprint final (vueltas 40 a 50) para marginarlo del escalón más bajo. Con semejante racha de consistencia, el madrileño es el escolta de Leclerc en el torneo, con 33 puntos, casi el triple que las 12 unidades que Pérez recogió con su cuarto puesto en Jeddah.
Puede ser que todavía no dialogue en el mismo idioma con su F1-75, pero Sainz es un resiliente. Desde aquella temporada de pesadilla cuando fue compañero de Verstappen en 2015 en Toro Rosso, desde entonces ganó todas (menos una) las batallas internas:
- 2016: a Kvyat en Toro Rosso (46 a 25)
- 2017: a Hulkenberg en Renault (54 a 43)
- 2019: a Norris en McLaren (96 a 49)
- 2020: a Norris en McLaren (105 a 97)
- 2021: a Leclerc en Ferrari (164,4 a 159)
Solo perdió en 2018 con Hulkenberg en Renault (69 a 53). Como antecedente es formidable.
"El año pasado, Sainz venció a Leclerc, pero este año el monegasco es en gran forma. Eso significa que no podemos esperar ningún apoyo por parte de Sainz, porque la situación en Ferrari es la misma que la nuestra: tenemos un obvio número 1", abundó Marko.
¿Apoyo de Sainz? El polémico asesor se refiere a la chance de que el español termine delante de su compañero y, de esa manera, influya de manera directa en la pelea por el título que, como se presupone, animarán los dos Clase 1997 vencedores de esta temporada.
Lo que se lee entre líneas no es que Pérez sea definitivamente el número 2 de RedBull (lo que es implícito dado el título mundial de Verstappen) sino que RedBull ya considera a Sainz como un objetivo de segunda: no es tarea de Verstappen derrotarlo, sino de Checo...
"Estamos en una buena posición este año, pero tenemos un oponente equivalente en Ferrari, y Leclerc está corriendo absolutamente sin fallas, así que será un año excitante", señaló el asesor austríaco. Como dijo Marc Gené, el español asesor de pilotos de la casa italiana, "esta de 2022 es una versión 2.0 de Charles".
Ese podría ser un objetivo colateral para Pérez: quitarle puntos a Leclerc cada vez que sea posible. En circuitos que favorezcan a RedBull, cualquier cosa que no sea un 1-2 será saboreado con cierto pesar por Horner & Marko. La Copa de Constructores, en el año en que Honda ha dejado paso a RedBull Power Trains (RBPT), es prioridad: una manera de demostrarle, de paso, al Señor RB, Dietrich Mateschitz, que la inversión involucrada y el paso dado eran correctos.
Checo Pérez dispone de un auto para marcar vueltas rápidas, como su pole de Arabia, y ganar Grands Prix, como hizo Verstappen. Pero esos 240/250 puntos que no llegaron en 2021 serán reclamados en esta temporada.
Mercedes acaso no pueda sumarse al pelotón de punta durante la primera parte de este torneo, lo que despeja un poco la tarea del mexicano, pero no mucho, porque la batalla contra Sainz Jr. puede volverse fenomenalmente ardua.
Sobre todo porque al madrileño lo alienta un ardiente deseo de reducir la distancia que le sacó Leclerc, de mejorar su rendimiento, para lo cual precisa entender más cabalmente su F1-75 y aprender a exprimirla hasta sus límites. Pero está tan bien considerado en Maranello que la extensión de su contrato hasta fines de 2024 es una formalidad. ¿Adiós a los sueños de un Schumacher otra vez en Ferrari?
Mientras tanto, Gasly peleará por sumar puntos...
En Melbourne (Australia), en menos de una semana, el tercer capítulo de 2022 sugerirá nuevas evidencias.
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