ITALIA 2022: TRES RAZONES PARA EL PAPELÓN DE MONZA (PERO SIEMPRE RESPETANDO EL REGLAMENTO, ¿EH?).

 


Atención: ¿cómo te cayó Abu Dhabi 2021?

Te lo preguntamos porque si te supo amarga aquellamanera de definir el último Mundial de la Fórmula 1, entonces lo ocurrido este fin de semana en Monza no debiera enojarte o causarte mal humor. 

Se cumplió el reglamento.

Con la indignación propia de las redes sociales con la que todo se juzga en este tiempo (desde una decisión estratégica cualquiera de Ferrari a una determinación de la Federación Internacional del Automóvil), es posible catalogar a cada anomalía de papelón y a cada situación inesperada de escándalo.

¿Fue eso lo que ocurrió en el Grand Prix de Italia?

Dejemos por un lado la válida discusión deportiva sobre si alguna estrategia posible hubiera salvado la victoria de Charles Leclerc y la Ferrari F1-75 sobre Max Verstappen y el RedBull RB18. O posterguémosla por unos momentos.

Escuchemos, en cambio, lo que tenían para decir algunos protagonistas de peso de la máxima categoría del automovilismo mundial, a propósito de ello:

"Todo esto me trae recuerdos: éstas son las reglas. Solo una vez en la historia el deporte no siguió las reglas, como sí se hizo hoy. Allí cambiaron el resultado del campeonato. Pero fue como fue” (Lewis Hamilton).

“Después de Abu Dhabi se habló mucho de cómo acelerar las operaciones e intentar reiniciar la carrera lo antes posible y esta vez las condiciones estaban dadas. No entendemos por qué en ese momento esperaron tanto para dejar pasar a los coches que estaban entre el auto de seguridad y el puntero. La única explicación es la seguridad, pero hay un tiempo mínimo en el reglamento que los coches deben respetar para no ir demasiado rápido y circular siempre en condiciones seguras. Hoy la FIA se durmió. Han cambiado mucho, pero siguen sin estar a la altura de este tipo de operaciones, son demasiado lentos y cautelosos. La F-1 necesita más, tenemos que ofrecer un espectáculo y correr las carreras. Las carreras deben correrse en la pista, no detrás del Safety Car” (Mattia Binotto).

“Esta era la regla y había que seguirla. Quizás no fue un final de carrera espectacular, pero las reglas están ahí y hay que cumplirlas” (Toto Wolff)

Ciertamente se cumplió con el reglamento tan criticado post-Abu Dhabi, pero también fallaron las operaciones en tres puntos clave:

 Uno. Los asistentes de pista no pudieron remover el McLaren de Daniel Ricciardo,  porque la caja de velocidades estaba trabada, lo que motivó el ingreso de una grúa y el consecuente Safety-Car. Caso contrario, una doble amarilla bastaba en Lesmo.


Dos. El SC no salió delante del líder Verstappen sino del tercero, George Russell. Hasta que el campeón mundial encontró al SC, se consumieron un par de giros más.


Tres. Había quedado dos rezagados entre el RedBull de Verstappen y la Ferrari de Leclerc. No hubo órdenes claras para que recuperaran el giro. Así se consumió el tiempo restante.

SiSi algo no pensaba hacer el director de la carrera, el alemán Niels Wittich, era seguir los pasos de su antecesor Michael Masi. Así que nada de forzar con bandera verde el final del GP. En Monza estaba el titular de la FIA, Mohamed Bin Sulayem: ¿tuvo alguna comunicación con Wittich en ese sentido? No se sabe (aún).

La FIA dio su explicación: “Si bien se hizo todo lo posible para recuperar el auto 3 rápidamente y reanudar las carreras, la situación se desarrolló y los comisarios no pudieron poner el auto en neutral y empujarlo hacia la vía de escape”, explicó un portavoz. “Como la seguridad de la operación de recuperación es nuestra única prioridad, y el incidente no fue lo suficientemente significativo como para requerir una bandera roja, la carrera terminó con Safety Car siguiendo los procedimientos acordados entre la FIA y todos los competidores. El momento del período del Safety Car dentro de una carrera no tiene relación con este procedimiento”.

“Tenían tiempo más que suficiente para ponerlo en marcha”, lamentó Christian Horner, acaso el menos perjudicado con la situación, pero a quien le interesó que no se sospechara, como después de Abu Dhabi, que la FIA favoreció a su escuadra.

“Recogieron el auto equivocado (Russell) y luego tuvieron que dejar que todos esos autos literalmente los alcanzaran nuevamente. Así que tenemos que analizar los detalles, pero para mí, hubo tiempo más que suficiente para volver a poner en marcha la carrera con un coche que no estaba siniestrado, sino estacionado al lado de la pista".

O sea: si se analiza con una lógica mesurada, se cometieron errores de procedimiento, que de alguna manera afectaron el final del Grand Prix, aunque es dudoso que, con una estrategia de dos paradas, Leclerc hubiera podido derrotar al fino Verstappen, ágil con la estrategia adecuada.

Ferrari aceptó que detener a Leclerc en régimen de VSC, con apenas un cuarto de carrera disputada, fue un riesgo que asumieron. Les salió mal: era difìcil creer que un juego de cubiertas medias podía durar 40 vueltas…

“Decidimos parar bajo el VSC y no creo que haya sido una mala elección”, se defendió el monegasco. “El problema, sin embargo, fue que teníamos el Virtual que terminó mientras estábamos en el pit-lane. Así que no obtuvimos el beneficio completo de detenernos en VSC. En el neumático medio sabíamos que pagaríamos -reconoció Leclerc- porque el stint fue largo. Nos hubiera encantado hacerlo aprovechando al máximo los beneficios de Virtual. Al final no tuvimos ni siquiera eso”.

Verstappen tuvo todas las opciones a su favor; con gomas flamantes medias, el piloto de Ferrari era de medio a un segundo más lento que el campeón cuyo calzado ya tenía casi 10 vueltas de viejo. A pesar de que Ferrari ganó en eficiencia en Monza (contra lo que se esperaba), RedBull se ha vuelto demasiado fuerte. Y dentro de tres semanas, en la próxima carrera, en Singapur, Max ya puede retener su corona…

¿Ya?

11/9

  

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