¡Sorpresa! Toscana, una región pacífica y bucólica, declara la guerra.
Después de haberse gastado centenares de millones de dólares en pistas nuevas, anchas pero sin alma, la Fórmula 1 ha descubierto un gran secreto ignorado durante décadas.
Mugello.
Estaba ahí desde hace 46 años. El dibujo es original: nunca lo mancilló una sola chicana. Su ancho era el óptimo para la época. Los pilotos de hoy descubren que agrega un nuevo desafío.
Hasta el campeón del mundo, Lewis Hamilton, comprobó que los misterios de la pista se le develaban uno a uno, en un proceso arduo y intrigante. ¿Cuántas pistas modernas ofrecen un challenge parecido?
El inglés consiguió la pole girando a 251 km/h. Nunca más abajo de la cuarta velocidad. Encaró la curva Arrabiata 1 a 290 km/h. La dobló a 285. La Arrabiata 2, inmediatamente después, fue negociada a 280 km/h. Se necesita mucha downforce, sí, pero también motor y, por supuesto, amplio coraje. Solo se frena seis veces durante toda la vuelta.
Propiedad de Ferrari desde 1988, Mugello estaba olvidado en el cuartito de los trastos. Relegado. Jamás considerado para un Grand Prix, salvo, quizás, en alguna ocasión lejana en los '70, como ya se explicó oportunamente.
De golpe, la pandemia le ofrece una oportunidad inesperada. La posibilidad de albergar el Grand Prix n° 1000 de Ferrari en el Mundial. La casa de Maranello reacciona, la Toscana se encolumna. Mugello resulta ser el punto de inflexión de la insólita temporada 2020. Fue la novena competencia, ahora solo quedan ocho para acabar el certamen. Y ya empezó la cuenta regresiva para determinar con cuánta anticipación Hamilton obtiene su séptimo título...
Más allá del resultado puntual de la carrera, lo que interesa es la perspectiva que se abre. Se había preparado para 2020 el calendario más nutrido de la historia del campeonato. 22 Grands Prix, una cifra inédita.
Serán 17, lo que no está nada mal teniendo en cuenta las circunstancias, pero con aditamentos muy creativos. Este de Mugello. Acaso sorprenda también Portimao, pero es de la nueva escuela. Las vueltas de Nurburgring, Imola y Estambul.
El objetivo nunca del todo explícito de Liberty Media, la propietaria de los derechos comerciales de la Fórmula 1 y promotora del campeonato, siempre fue extender el calendario dentro de unos márgenes de posibilidad muy lábiles. Siempre quisieron estirarlos todo lo que se pudiera. De 22 a 25 parece no haber mucha diferencia, tal su conclusión.
Los equipos nunca acuerdan con ese razonamiento. Sufren normalmente el desgaste de su cuerpo de mecánicos, la especialidad de más alta rotación en el mundillo de la F-1. Hay mucho alivio al saber que Sebastian Vettel seguirá en la categoría tras cerrar un particular contrato con Aston Martin, según el cual podría ganar más dinero como embajador de la marca que como piloto del equipo; pero no se generaliza la misma preocupación por los integrantes más exigidos del circo, los mecánicos.
¿Mugello debe permanecer en el calendario? Es la pregunta que muchos se han formulado este fin de semana, expuestos como quedaron sus atractivos. Rápida, difícil, demoledora. ¿Anacrónica? Acaso de un tiempo que no es este, con mucha trampa de leca, una montaña rusa para la Fórmula 1 con sus trepadas y descensos, pero totalmente aprobada: basta con escuchar a los pilotos.
¿Y dónde insertarla?
Liberty podría aprovechar este calendario surgido de la galera para presionar por su objetivo de 25 carreras. Y todavía no puso a jugar su carta de triunfo en ese sentido: uno o dos Grands Prix más en Estados Unidos, una meta con la que la mayoría de los equipos concuerdan.
Pero, aún si los 25 Grands Prix son rechazados, Mugello y Toscana podrían volverse una plataforma desde la cual Liberty estaría en condiciones de guadañar más beneficio. Podría estar demostrando, en este año singular, que hay más candidatos para organizar carreras que huecos en el calendario.
¿Resultado? Un incremento a mediano plazo de los fees obligatorios para organizar Grands Prix.
Lo que no estaría nada mal, según la óptica de algunos equipos, y, desde la perspectiva de Liberty, para financiar con más aire el nuevo Pacto de la Concordia.
Europa acaso no tenga los millones suficientes como para organizar tantos nuevos Grands Prix. Son los GGPP asiáticos los que más se cotizan, con cifras abrumadoras como los más de 75 millones que, se asegura, abona Singapur por su carrera, ausente en 2020. Pero Ferrari podría sugerir un back to back Monza-Mugello que podría acomodarse económicamente por algún lado. Sería como vivir a todo trapo diez días en el mismo corazón de la Fórmula 1.
¿Miami? ¿La Costa Oeste, cuando se apaguen los incendios?
Se recibirán ofertas.
Este triple de carreras triples -nueve Grands Prix en once fines de semana- no se soporta, señalan los responsables de los equipos chicos y medianos. Los recursos humanos se estresan y distorsionan. Pero un calendario de 25 carreras podría acomodarse, con algún esfuerzo, manteniendo libre el mes de agosto, y estirando la definición hasta mediados de diciembre.
Después, será alquimia. ¿Cómo hacer con los mecánicos? Lo arreglarán, para algo los equipos chicos ya tienen condiciones mejoradas en la Concordia y un límite presupuestario al que aferrarse.
AH , SI, HUBO UNA CARRERA EN MUGELLO
La ganó Hamilton, claro. Fue su 90° triunfo, está a solo uno de igualar el record de Michael Schumacher a quien, en la semana, visitó en Suiza el presidente de la FIA, Jean Todt, que lo vio "rodeado por su extraordinaria mujer, su familia, sus enfermeras". A casi siete años del accidente en Meribel, las enfermeras siguen siendo, al parece, imprescindibles en el día a día del siete veces campeón mundial. Tristísimo.
Una carrera loquísima, superaccidentada, con tres safety-car, dos banderas rojas y tres largadas: "¡Nunca en mi vida largué tanto en un solo día!", reaccionó Vettel. "Fueron como tres carreras en un día", sintetizó Hamilton. "Una de las carreras más locas que corrí jamás".
Seis autos fuera de combate con apenas cuatro curvas de Mugello recorridas a velocidad. Incidentes de todo tipo. En ninguno fue responsable el circuito, sus características o sus posibles deficiencias. Ni siquiera el choque múltiple de la novena vuelta, responsabilidad de la dirección de la carrera, se debió al trazado.
"Esta pista es fenomenal, me gustaría volver", fue la expresión de deseo del actual campeón mundial. Por supuesto, fue el ganador... pero otros coincidieron. "Fue brutal, son lindas estas pistas que castigan tanto los errores", opinó Alex Albon, el Piloto del Día. "Debería estar en el calendario año a año", señaló Valtteri Bottas.
Se corrió a más de 230 km/h de promedio cuando se pudo hacerlo. Hubo una cuantas maniobras de sobrepaso al final de la recta de 1.140 metros, y San Donato, la curva más lenta del trazado y que se dobla en cuarta marcha, permite adelantar rivales ¡por afuera! ¿Cómo no querer volver?
Una maravilla la segunda largada de Hamilton, con los frenos operando cerca de los 1000°, utilizando con elegancia la succión del coche de su compañero Bottas, para adelantarlo; el finés perdió en dos de las tres largadas detenidas y así comprometió sus chances ("¡la suerte tiene que darse vuelta en algún momento!", lamentó). El primer podio del año para Albon ("este resultado cambiará su campaña", pronosticó su jefe Christian Horner), un domingo impecable para Daniel Ricciardo ("no fue una carrera aburrida como temimos, sino exactamente lo contrario. Vamos a volver"). Las dos Ferrari en los puntos, aunque muy atrás, batidos por el Alfa Romeo de Kimi Raikkonen: la SF1000 desnudó definitivamente su tremenda deficiencia en resistencia al avance.
En Rusia, en dos semanas más, Hamilton podrá igualar el record de 91 triunfos de Schumacher en F-1.
"No parece real", afirmó el inglés
Mugello tampoco. Y sin embargo, ocurrió.
13/9
1 Comentarios
La F1 encontró un Nuevo Escenario p/hacer sonar su Sinfónica. C/alguna que otra corrección, podría mantenerse en la Categoría. Ojala así sea.
ResponderBorrar